BUENOS AIRES – Hay detalles muy típicos de un tenista de challengers cuando toca estar en la cancha más importantes de América Latina frente al mejor tenista de la nueva era del tenis. Por ejemplo, quitar de la ropa los logos de la marca que lo dejó de auspiciar.

La novia de Camilo Ugo Carabelli ayudó al jugador a borrar con una plancha las insignias de Lotto, empresa deportiva que no le renovó el contrato en 2024 al argentino. Nada se regala, y jugar en el primer turno de la noche en el Argentina Open frente al número dos del mundo es una de las mejores oportunidades para dar ese mensaje: no tengo auspiciadores, espero sus llamados.

Así es la realidad de quien habita principalmente en la «segunda división» del tenis, y que prueba por primera vez el juego de un top. De ese «top» que es Carlos Alcaraz. «Es mucha la diferencia. La derecha de él no se podía jugar. De ningún lado, su derecha invertida, su derecha a la carrera, tiene unos drops impresionantes. Eso en los challengers está lejísimos de verse. Su derecha… nunca enfrenté algo así», dijo en conferencia luego del 6-2 y 7-5 del campeón de Wimbledon.

Carlos Alcaraz en el Argentina Open // SERGIO LLAMERA

El argentino quebró tres veces el servicio de Alcaraz en la templada noche veraniega en la capital de Argentina. Estuvo muy cerca, incluso, de servir para llevarse el segundo set al ponerse 0-40 en el 5-5. Luego, Ugo describió una jugada maestra por parte del tenista de 20 años en un momento delicado del partido: «Nunca había sacado a la ‘T’. Es 30-40 y con el primer saque va a sacar con kick abierto, pero toca la red. Yo la venía esperando ahí, decidido a meterme, estaba devolviendo mucho mejor así adelante… pero tras el let viene y saca a la ‘T’, mete un ace«. Así es el pulso de los campeones en instantes importantes.

Otro momento donde Alcaraz demostró su categoría: en el dos iguales de la segunda manga el juego tuvo 18 deuces. El español acabó siendo el dueño de ese game.«Fue larguísimo. Sabía que teniendo ventaja él no me iba a regalar nada. Yo le sacaba con kick al revés esperando que él la enganche o algo, que quizás en los Challengers pasa… pero acá era imposible que pase. Ese game fue clave, después perdí tres juegos muy fácil, estaba cansado de aire y se me venía a la cabeza las oportunidades que desperdicié», relató el número 134° del ranking.

Camilo Ugo Carabelli quitó los logos de la marca de ropa que lo dejó de auspiciar. Sí lució en las mangas la de la compañía de real state Azcuy // SERGIO LLAMERA

Cuando jugar uno de los mejores partidos de tu carrera no basta para quitarte del camino a un bicampeón de Grand Slam, queda un consuelo: convencerlo para que se haga hincha de tu mismo equipo.

Alcaraz visitó La Bombonera, el estadio de Boca Juniors. Entró a la cancha el martes por la mañana; alentó desde el palco el miércoles, durante el triunfo de los locales frente a Central Córdoba. Tras los octavos de final en el Court Central Guillermo Vilas, Ugo felicitó a Alcaraz y aprovechó de persuadirlo para que se haga de San Lorenzo.

«Me dijo que me iba a dar una camiseta de su equipo, que no puedo ser de Boca. Y cumplió con su palabra, porque en el vestuario me la ha dado», reveló Alcaraz, que pondrá el regalo de su colega argentino en su habitación.

Cosas que pasan en uno de los mejores días en la vida de un jugador de challengers.

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