PARÍS – El español Carlos Alcaraz buscará este domingo el título de Roland Garros tras imponerse este viernes 1-6, 6-2, 3-6, 6-4 y 6-3 al italiano Jannik Sinner, nuevo número uno del mundo desde este lunes.
Será el tercer título de Grand Slam que busque el español de 21 años tras el US Open 2022 y Wimbledon 2023. Su rival será el alemán Alexander Zverev, vencedor del noruego Casper Ruud por 2-6, 6-2, 6-4 y 6-2 en un partido que se jugó con el estadio semi vacío.
«Algunas de los mejores y de los peores recuerdos son de esta cancha», dijo Zverev tras impedirle a Ruud su tercera fila consecutiva en el Bois de Boulogne El noruego sufría de un virus estomacal que lo hizo retirarse al vestuario por unos minutos.
Zverev se fracturó el tobillo en la semifinal de 2022 ante Rafael Nadal, y cree que llegó su momento.
«Tengo 27 años, ya no soy un niño. Si no es ahora, ¿cuándo?».
Alcaraz podría responderle que no, que no este domingo. «Claro que me veo alzando el trofeo», dijo el español, que resumió en un «encontrar el gusto por el sufrimiento» a parte de su receta para ganar este viernes una semifinal que no fue brillante por parte de ninguno de los dos.
El español había logrado el martes por la noche, en su contundente triunfo sobre el griego Stefanos Tsitsipas, un primer logro que era muy módico, aunque importante para él: ganar el primer juego con su servicio, porque en los tres partidos previos se lo habían quebrado.
En la semifinal el asunto empeoró: Sinner quebró el saque de Alcaraz no solo en el primer juego, sino también en el tercero, y tomó una inesperada ventaja de 4-0 gracias a una derecha plana y veloz, casi incontrolable.
El español parecía tenso, agarrotado, quizás con el recuerdo de la semifinal de un año antes frente al serbio Novak Djokovic, donde sufrió nervios y calambres que contribuyeron decisivamente a la derrota.
Debieron pasar 20 minutos para que Alcaraz comenzara a soltarse y a desplegar algo de su juego y, por fin, defender su servicio para quedar 1-4.
Alcaraz comenzó a ganar confianza y quebró el servicio de Sinner para acercarse a 2-4, pero el italiano volvió a quebrar demostrando dos cosas: su tenis virtuoso es acompañado de un notable espíritu de lucha, y el ser oficializado este lunes como número uno del mundo del ranking de la ATP no le gusta tanto si no está acompañado del título de Roland Garros.
Fue así que Sinner selló un 6-2 en 40 minutos con el puño apretado y una clara superioridad sobre Alcaraz, que en el inicio del segundo parcial volvió a entregar su servicio.
Alcaraz logró tomar una ventaja de 4-2 en el segundo set y ya no soltaría el mando: se llevó el parcial por 6-3 para convertir al tercer set en una bisagra del partido. ¿Se iría a las manos del italiano o del español?
Ese tercer parcial fue de Sinner, que recuperó su nivel y volvió a explotar las dudas de Alcaraz. Pero en el cuarto set sucedió algo diferente a lo que se venía dando en el resto del partido: el italiano comenzó a fallar bajo presión y el español, aun sin su mejor tenis, logró ser más competitivo y peligroso.
Inspirado quizás por la frase de Roland Garros escrita en el estadio Philippe Chatrier («la victoria pertenece a los más tenaces»), Alcaraz demostró eso, tenacidad, para estar siempre a tiro de Sinner y, en el instante decisivo, quebrarle el servicio con autoridad para llevarse el cuarto set por 6-4.
El inicio del quinto set marcó un momento clave. Juan Carlos Ferrero, el sufriente entrenador de Alcaraz en las gradas, viene probando con él en los últimos tiempos una variante en la devolución del servicio, un devolución corta y con ángulo. Y a ese tiro apeló Alcaraz, un revés extremadamente cruzado y corto, para situarse break point y no perdonar en el siguiente punto a Sinner: 2-0 y el partido parecía suyo.
Alcaraz se impone a Sinner
Un partido que en ese tramo final estaba ofreciendo puntos de altísimo nivel. Ante cada desafío, el rival respondía subiendo la vara. Sinner, en desventaja de 3-1, colocó un revés paralelo de otro planeta y de a poco comenzó a salir de ese bache de confianza en el que había caído.
Pero Alcaraz supo sostener la ventaja temprana de un servicio quebrado en el inicio del parcial. Con el uño apretado y miradas de furia y ambición a los suyos en las gradas, llevó el partido a la definición. El domingo buscará la gloria en el torneo más importante sobre arcilla.
