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Ons Jabeur, con el permiso de Dios: la tenista distinta que juega la final de Wimbledon

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LONDRES –  Ons Jabeur es una musulmana devota que sabe poner a su tenis como prioridad.
Lo hace incluso en Ramadán, el mes más sagrado de la cultura islámica. En ese periodo los creyentes renuevan su fe a través de la reflexión, la oración y el sacrificio de dejar los alimentos. Pero Jabeur no puede hacer eso último. No durante la competencia. Una atleta como ella necesita alimentarse, y es muy difícil compatibilizar el alto rendimiento con el ayuno.
Jabeur le reza a su Dios y le propone lo siguiente: que la deje comer bien para rendir, y luego ayunará cuando sea posible: “Sé que otros deportistas como Mo Salah ayunan, pero a mí se me hace muy difícil. Yo le pido permiso a Dios y le digo que ayunaré luego cuando sea posible. Me gusta el Ramadán, me gusta celebrarlo en Túnez con mi familia”, contaba una de las principales estrellas de la WTA al podcast de Tennis.com.
El acuerdo este año le dio resultado en Madrid. Justo en medio del torneo tuvo lugar el Eid al-Fitr, el feriado musulmán que celebra el fin de Ramadán. Con comida, Jabeur ganó el torneo español. Pagaría su deuda luego.
La tenista de 27 años se instaló en la final de Wimbledon. Es la primera árabe que está en una final de Grand Slam. La primera africana que lo hace en la Era Open. Jabeur está quebrando marcas tenísticas para su continente y su región.
Ons Jabeur en la pista Central / WIMBLEDON
Después de superar en semifinales a su amiga Tatjana María, la tunecina condujo uno de los momentos más emotivos de todo el torneo. Luego de abrazarse en la red, en vez de ir a saborear en solitario el triunfo ante el público, tomó del brazo a la alemana, la llevó al centro de la pista y pidió que la ovación fuera para ella. El sello de una de las tenistas más queridas del circuito.
La gente la ama por sus récords, pero más por su carisma especial y su tenis excéntrico y divertido. Es entretenida de ser y entretenida de ver. Jabeur es un agrado en la cancha, en la sala de prensa y cuando sale al encuentro con los fans de su país que la vinieron a ver a Londres.
Ella castiga con latigazos de derecha y revés. Varía con el slice y tiene el mejor dropshot del circuito. En conversación con la extenista y actual comentarista Rennae Stubbs en Racquetmag Podcast, la tunecina entregaba una magistral descripción de su juego, fielmente comparado a su personalidad.
“No tengo el típico estilo, puedo hacerlo todo: usar efectos, pegar plano, combinar el slice. Mi tenis refleja mi personalidad. Odio la rutina, no quiero repetir cosas, me gusta mezclar. Amo la diversión y amo darle un show a la gente. Cuando lo paso bien es cuando juego mejor, estoy suelta, relajada”, relata la nacida en las costas tunecinas, en Ksar Hellal.
Previo a los partidos no se muestra con cara de póquer y en silencio escuchando música con audífonos: prefiere bromear para deshacerse el estrés. “Voy dispuesta a que la gente disfrute y yo me alimento de esa energía que se me devuelve”, dice la número dos del mundo.
Ons Jabeur hace un tiro de fantasía en Wimbledon / JED LEICESTER
La más feliz del gabinete
Jabeur tiene locos a los seguidores de su país. En Túnez llevan llamándola por un par de años ya, la “Ministra de la Felicidad”. No sabe por qué se originó el apodo, pero supone que es por la alegría que genera en la población local con sus partidos, en tiempos en que la economía nacional ha estado en la cuerda floja.
La nación de 12 millones de habitantes ha sido incapaz de recuperar las tasas de crecimiento de antes de la revolución de 2011.
Con su alegría, Jabeur ya es un ícono que supera las barreras del deporte en su región. Hay que echar un vistazo a la portada de la revista Sayidaty, la publicación más importante de público femenino en el Medio Oriente.
Jabeur en la portada de la revista SAYIDATY
Este sábado buscará grabar su nombre en el Venus Rosewater Dish, el maravilloso plato que desde 1886 reconoce a las campeonas de individuales en The Championships. Tendrá enfrente a Elena Rybakina, nacida en Moscú. A la mayoría de los tenistas que nacieron ahí, o en otra parte de Rusia, les prohibieron jugar debido a la invasión rusa en Ucrania. Pero Rybakina no entra en ese lote, porque representa a Kazajastán. Final entre dos banderas que nunca flamearon en esa instancia.
El día coincide con Eid al-Adha, otro feriado importante del mundo musulmán.
“Es como Navidad para ustedes”, explica Jabeur: “Si lo logro en ese feriado tan especial, uno de mis favoritos, de hecho, va a ser genial”.

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