PARÍS – En febrero tocó fondo, pero en mayo está renaciendo: Cristian Garín, número uno del tenis chileno, cree que encontró la fórmula para salir de su depresión de juego y disfrutar de lo que hace. Este martes debutó con éxito en Roland Garros, y detrás de esa victoria hay dos datos fundamentales, las horas que pasa jugando al golf y las horas que pasa conversando con su psicólogo.

Garín, 37 del ranking, derrotó al estadounidense Tommy Paul (33) por 5-7, 6-1, 6-2 y 6-3, pero lo más importante para él es que siente que vuelve a mandar en la cancha: «Estoy contento, sentí que a pesar de haber perdido el primer set me mantuve estable en todo momento. Intenso, sacando bien y devolviendo bien».

Ilya Ivashka es su próximo rival, y Garín cree que la tercera ronda es perfectamente posible.

«A Ivashka lo conozco muy poco, sé que es un jugador muy agresivo al que le gusta dominar la bola. Es un jugador jugable, más allá del rival, en este último tiempo me he enfocado más en mí. Cuando me siento bien yo el partido depende de mí».

Esa idea sobrevuela toda la conversación con CLAY en Roland Garros. Una especie de «soy yo, no son los demás». En marzo en Miami, cuando hizo una catarsis, sabía lo que le sucedía. En mayo en Paris dio varios pasos más: explica cómo lo solucionó.

– ¿Cuán lejos estás hoy del Garín que fue 17 del ranking mundial?

– A nivel tenístico me siento igual o mejor. A nivel mental estoy mejorando y físicamente mejor. Tuve un tiempo con poco objetivo, eso me hizo perder ranking, pero lo que me preocupa a mí es la forma que compito. Las últimas tres semanas han sido muy buenas. Volví a tener la motivación de querer mejorar, enfocarme en mí, de ser competitivo.

– ¿Qué te sucedió para haber tenido un bajón anímico y tenístico tan pronunciado?

– He estado mal enfocado, con mucha presión de mi parte, ahora lo estoy sabiendo manejar. Es un proceso, no sé cuánto voy a tardar en estar nuevamente 17 del mundo, pero sé que lo puedo lograr si lo enfoco como lo estoy haciendo.

– El nivel de agresividad en las redes sociales puede ser muy alto en Chile…

– Para serte sincero, con tantos años viviendo con eso no es que me guste o no. Es feo a veces leer gente con tanto odio, que te critica y te mata sin conocerte. Duele, pero no tenía nada que ver en cuanto a cómo me sentía. Estaba mal enfocado, no estaba disfrutando mucho, sin objetivos, un poco perdido. Le ha pasado a muchos jugadores, llevo diez años de profesional y esto es un sueño. Es normal tener períodos no tan buenos.

– ¿Llegaste a abrir las redes sociales tras perder y te deprimiste más aún?

– Es que era algo más mío, no estaba encajando con la situación, tampoco sentía que me estuviera apoyando en nadie.

– Acostumbras a procesar todo sin pedir ayuda…

– Estaba absorbiendo todo, en el tenis es fundamental tener un equipo, gente de confianza que te ayude, porque a veces uno no la ve. Ya me recuperé, recuperé las ganas. No sé cuánto voy a tardar en volver a ese ranking, pero puedo hacerlo.

– ¿Has trabajado con un psicólogo?

– Sí, trabajo con un psicólogo, hace dos meses, me ha ayudado mucho. Más que en el tenis en la vida, porque el jugador es una persona y la persona es otra. Hay que saber manejar los tiempos, las ansiedades. Me ha ayudado mucho Marcos, un psicólogo español. Y Pepe Vendrell, mi entrenador, que es de Valencia. Estoy ahí unas semanas y en Miami.

– A lo largo de tu carrera tuviste muchos entrenadores, ¿qué te gusta de Vendrell?

– Pepe es un entrenador que se preocupa mucho de la persona y del jugador por separado, me ha ayudado mucho a darme calma, a enseñarme que también hay otras cosas que se pueden mejorar, que no todo es tenis. Él es duro, nos decimos las cosas con mucha sinceridad, eso lo valoro mucho, tiene mucha experiencia en el circuito, conoce a todos.

– ¿Qué gusta fuera del tenis?

– Me gusta jugar golf. Estoy mejorando, es el primer año que juego estoy tomando clases. Me ha ayudado mucho a disfrutar de los tiempos libres, siempre me costó encontrar cosas compatibles con el tenis, porque el tenis desgasta mucho. También me gusta mucho el ciclismo en ruta, que tiene bajo impacto. El fútbol está descartadísimo, aunque lo sigo mucho, me gusta ir al estadio, soy hincha de Colo Colo y Real Madrid.

– ¿Tienes entrada para la final de la Champions este sábado en París entre el Real Madrid y el Liverpool?

–  Todavía no, pero si estoy aún en París puede ser que vaya, la gestionaré.

– ¿Cómo ves la polémica de Wimbledon? La expulsión de los rusos y bielorrusos y la decisión de dejar al torneo sin puntos para el ranking de la ATP.

– Está mal que hayan sacado los puntos, no tiene lógica, y me sorprende más que algunos jugadores hayan apoyado eso de quitar los puntos. No me parece correcto. Y sobre temas políticos prefiero no opinar.

– ¿Cuántos años más te ves jugando al tenis profesionalmente?

– Si aprendo a llevar mi carrera como lo estoy haciendo ahora, me veo jugando bastante tiempo más, pero es difícil aprender eso. En el tenis cada uno tiene lo que se merece, hay que vivir para el tenis y cada año se parte de cero más allá del ranking que uno esté. Si aprendo a manejarlo bien puedo jugar muchos años más.

– De niño tenías sueños de tenista, ¿lo que estás viviendo hoy se acerca a esos sueños?

– Cien por ciento, estar en los Grand Slam, entrenar con los mejores, con Rafa, Nole. Son una locura, un sueño. Me gusta estar aquí y competir de igual a igual con los mejores.

– ¿Qué es lo que más te impacta de los grandes del circuito?

– A Rafa lo veo tan concentrado y tan enfocado en todo que me sorprende, me marca eso. A nivel tenístico es un animal y lo admiro muchísimo. Ni Nole, ni Rafa están jodiendo cuando están en el club, trabajan muy concentrados en lo que hacen. Eso me impresiona de ellos

– Toni Nadal dijo alguna vez que lo que te falta es convicción.

– Creo que a la mayoría de los tenistas les falta eso. Pero estoy cambiando, me siento en un buen momento.  

– ¿Sufres a veces cierto «síndrome del impostor»?

– Cuando uno no hace las cosas bien, uno no está seguro de sí lo merece o no. Quiero merecer más, estoy en el camino correcto, en el proceso. Más que ganar o perder me interesa competir. Sé que cuando compito soy capaz de ganar muy buenos partidos ante los mejores.

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