NUEVA YORK – Jannik Sinner silenció al estadio Arthur Ashe al ganar su primer US Open, su segundo Grand Slam después del Abierto de Australia.
Fue una batalla desde la línea de base, sin demasiados cambios de ritmo ni desbordes de emociones. Por pasajes, hubo rallies desde el fondo en los que uno acababa de imponer su potencia sobre el otro, pero lo que dominó fueron los saques directos y los golpes profundos.
«El último periodo de mi carrera no fue fácil», dijo el italiano tras vencer sin contrapeso a Taylor Fritz por 6-3, 6-4 y 7-5, y acabar con las ilusiones del tenis masculino estadounidense, que no gana un torneo grande desde que lo hiciera Andy Roddick en 2003. Sinner hizo indirectamente alusión al reciente caso de doping positivo del que salió ileso, justo antes de recibir el trofeo de manos de Andre Agassi.
Con dos estilos de tenis similares, se trató de quién iba a ejecutar mejor, y ahí Sinner fue inmensamente superior.
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Si alguien pensó que Sinner iba a tener que jugar contra el público además de contra su rival, estuvo completamente equivocado. Los 23 mil espectadores de día domingo en la pista central del Billie Jean King National Tennis Center no ayudaron al norteamericano.
El sábado por la tarde, el público se manifestó hasta con las faltas en el primer servicio de Aryna Sabalenka ante la estadounidense Jessica Pegula. El la final masculina hubo un ambiente más apagado.
Algunos tibios «U-S-A» bajaron de las tribunas, pero la realidad es que en promedio la gente que atendió a la final se emocionó más cuando en las pantallas gigantes enfocaron a celebridades como la cantante Taylor Swift, el actor Andrew Garfield, el velocista Noah Lyles o el reggaetonero Bad Bunny.
Esa temperatura se explicó también por el dominio del número uno del mundo, y por lo grande que le quedó la final a Fritz. Desconectado, errático, nervioso, el tenista de 26 años estuvo lejos de mostrar el nivel que lo llevó al último día la competencia, y que expandió las ilusiones de una potencia carente de triunfos por 21 años.
Hubo un momento con algo de mayor voltaje, cuando Fritz quebró en medio del tercer set y fue a servir por ese parcial, pero errores no forzados imperdonables y la solidez del europeo devolvieron el partido a su camino principal.
El mejor tenista del mundo según el ranking ratificó, en un torneo que encaró envuelvo en la polémica por su doping positivo, que es el tenista más regular de la temporada. El primer italiano en ganar en Nueva York en la historia.
