Paradojas del tenis en el atípico formato de las Finales ATP con round-robin: gracias a Jannik Sinner, Djokovic clasificó a semifinales. Ambos pasaron a la final, y ahí el serbio le pagó al italiano el favor con una derrota contundente por un doble 6-3 frente al público de Turín.

«Fue una de las mejores temporadas que he tenido en mi vida. Estoy muy orgulloso del nivel que mostré contra (Carlos) Alcaraz y Sinner. Tuve que salir a buscar los partidos, ser protagonista y no esperar a que me los den. Tuve que subir el nivel y eso me dio muy buenos resultados», dijo el serbio después del partido.

Resurrección de Novak Djokovic

Si a Djokovic lo resucitan, él vuelve con más hambre y con mejor tenis. El campeón de 24 Grand Slams no se iba a poner el traje de zanahoria de los Carota Boys -el club de fans de Sinner- para alentar al italiano a que derrotara a Holger Rune en la fase de grupos y así seguir con vida en el torneo. Se había resignado a pensar en Copa Davis y el desafío que tiene con Serbia a partir de este martes en Málaga . “No, no seré su fan. Ni siquiera veré el partido», dijo. Tenía una mejor razón para invertir el tiempo: sus hijos llegaron a verlo al norte de Italia.

«Quería llegar competitivo a una edad en que mis hijos fueran conscientes de lo que estaba haciendo», afirmó el número uno del mundo, a punto de cerrar un 2023 excepcional. Además de conseguir su séptima copa del Torneo de Maestros (y desempatar con Roger Federer), quedó a sólo un partido de completar el Grand Slam, ganó dos Masters 1000 (Cincinnati y Paris Bercy) y cerró por octava vez como el mejor del ranking.

En un torneo cuyo promedio de edad de sus competidores fue de 25 años, el tenista de 36 años siguió extendiendo sus récords. El gran profesionalismo de Sinner (y las ganas de levantar el trofeo invicto ante su gente) lo llevó a dar lo mejor de sí frente al danés, y así abrirle las puertas a Djokovic en las fases de los torneos donde mejor se desenvuelve. Djokovic aprendió de la derrota ante Sinner en el debut del round-robin y así declaró antes de la final, justo después de apabullar a Alcaraz: «Sé cómo es el público, y hoy jugué el mejor partido del torneo”.

Ecuación sencilla en la semifinal y final contra los dos referentes de la generación joven: 6-3, 6-2, 6-3, 6-3. La pista rápida bajo techo es del dominio absoluto de Djokovic. Así lo reconoció Alcaraz luego del resultado más disparejo desde que inauguraron un registro entre ambos, que en 2023 fascinó al mundo del deporte. “Olvidaré los partidos de Wimbledon y Cincinnati y me enfocaré en este. Porque me di cuenta lo lejos que estoy de él y de todas las cosas que me queda por mejorar», declaró el número dos del mundo.

El juego de servicio del serbio parece estar en su peak. Con ello un dato: dos de sus tres partidos al mejor de tres sets con más aces en toda su carrera han ocurrido el presente mes. Se mueve rápido y toma la pelota a buen timming, con perfecta aceleración. A eso se le suma el poder de su mente, y la capacidad de mostrar lo mejor de su repertorio en los momentos cruciales y de enfriar los momentos donde sus rivales están prendidos. Nada nuevo, pero algo en que los más jóvenes deberán descifrar si es que no quieren sólo luchar por el número dos en 2024. Una temporada que, por cierto, Djokovic no tendrá restricciones como sí tuvo en 2022 y 2023 (en marzo no pudo jugar Indian Wells ni Miami).

Sinner, por su parte, creció muchísimo en la temporada, se logró por fin meter en el top 5 (como no hacía ningún italiano desde Adriano Panatta) y será el próximo año un serio aspirante a ganar más títulos grandes.

Eso, si no se topa con la versión de Novak Djokovic de este domingo en Palasport Olimpico de Turín.

El número uno del mundo que puede no ser tan explosivo como antes, pero que cada vez experimenta más y más finales contra diferentes tenistas y diferentes públicos. Que conoce los distintos niveles de presión, y que a mayor número de enfrentamientos con sus rivales, entiende mejor cómo manejarlos.

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