Federer ya es un ex tenista profesional: «Tenis, te amo: nunca te abandonaré»
Roger Federer dijo adiós y la sucesión de corazones rotos en todo el mundo es abrumadora. El primero, el de Carlos Alcaraz, que a sus 19 años confirmó que no todos los sueños se cumplen: el domingo ganó el US Open para convertirse en el nuevo número uno del tenis mundial, pero el jueves supo que su meta de enfrentarse por primera vez al suizo ya solo será posible en una exhibición.
Y no será lo mismo, no lo es.
Federer, de hecho, se despedirá en una exhibición organizada por él mismo, la Laver Cup, que se jugará en Londres del 23 al 25 de septiembre. ¿Y después?
Después ya no habrá torneo de Basilea, como tenía previsto, ni ningún otro torneo profesional. La rodilla derecha, operada tres veces entre 2020 y 2021, dijo basta. «Mi cuerpo me da señales de que tengo 41 años», resumió el dueño de 20 títulos de Grand Slam.
Roger Federer
«Soy una de las personas más afortunadas en la Tierra», añadió el suizo en un video de algo más de cuatro minutos en el que se despidió del tenis encadenando una sucesión de agradecimientos.
¿El más importante?
«Quiero agradecer especialmente a mi increíble esposa Mirka, que estuvo en todo momento conmigo, e hizo la entrada en calor conmigo antes de muchas finales y vio incontables partidos míos, incluso embarazada de ocho meses».
Y luego agradeció a sus cuatro hijos, a sus padres y su hermana, a sus entrenadores, a la Federación Suiza de Tenis, a su grupo de entrenadores y preparadores, a su manager Tony Godsick, a sus patrocinadores, a los torneos, al staff de la ATP y a sus rivales en el circuito: «Tuve la fortuna de jugar partidos épicos que nunca olvidaré. Juntos llevamos al tenis a un nuevo nivel».
En su tramo final, la despedida creció en intensidad y emoción: «Sobre todo, un agradecimiento especial a mis increíbles fans. Nunca sabrán la fuerza y apoyo que me dieron. Tuve la fortuna de jugar ante ustedes en más de 40 países. Reí, lloré, sentí felicidad, dolor y, sobre todo, me sentí increíblemente vivo».
Federer apeló a un recurso dramático de reconocida efectividad: el flashback. Remontó a todos a su niñez.
«Comencé a soñar, mis sueños me hicieron trabajar más duramente y comencé a creer en mí mismo. Algunos éxitos me dieron confianza y me impulsaron al viaje más increíble, que termina hoy».
«Quiero darle un agradecimiento desde el fondo de mi corazón a todos aquellos en el mundo que permitieron hacer realidad los sueños de un joven ball boy suizo».
Y para la antesala del cierre se reservó una imagen altamente emotiva: Federer entiende que su carrera se resume en «los sueños de un joven ball boy suizo».
Aunque nada comparado con su frase final, que tiene el inusual poder de entristecer y esperanzar a la vez. Fue cuando le habló directamente a su compañero de toda la vida, al tenis.
«Al tenis: te amo, nunca te abandonaré».
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Margarita Isse
Sueño cumplido.