LONDRES –  Unos cuartos de final en un Grand Slam entregan reconocimiento, experiencia y puntos para el ránking. Una campaña hacia los ocho mejores de un torneo grande le cambian el rumbo a cualquier tenista: es lo que le sucedió a Tomás Martín Etcheverry en Roland Garros.

Y recompensan también con mucho dinero. El argentino ganó en Europa por lejos el cheque más jugoso de su carrera: más de 430.000 dólares antes de impuestos. «Es un alivio comenzar a ganar ese dinero, porque vas pagando las deudas que tenés y después te da un poquito más de libertad. Es una sensación con la que no estoy acostumbrado. Siempre estamos con lo mínimo», dijo a CLAY durante la entrevista que tuvo lugar en Wimbledon.

El 31° del ranking mundial quiere mirar hacia adelante. A esa carrera con su amigo Francisco Cerúndolo por ser número uno de Argentina; a la Copa Davis por no descender; y a ese conteo de puntos que le lleva a Novak Djokovic, es sucesión  de carteles tan famosos en las redes sociales del tenis.

Entrevista con Tomás Etcheverry

– Decía que le iba a cambiar la vida esa campaña en Roland Garros. Dos meses después de esos cuartos de final, ¿Cómo lo ve en perspectiva?

– Me dio mucha confianza en mí mismo. Sé que puedo jugar con los grandes jugadores. Pero ya es un torneo pasado y tengo que mirar adelante y seguir ganando en los torneos importantes. En Wimbledon llegué sólo a segunda ronda, pero viste que el pasto es así y hay veces que te las sabés todas, y otras veces no ves una. Tengo que sumar más experiencia en la superficie. Iba a jugar Queens, pero opté por ir a casa después de Paris para descansar un poco y estar con la familia. Venía de una gira de cuarto meses muy agotadora.

– ¿Ya lo para la gente en la calle para saludarlo?

– (risas) No, nooo. Por ahí en La Plata sí, pero no en todo el mundo. Falta todavía.

– ¿El premio económico de Roland Garros cómo le viene? Son 400.000 dólares.

– Sí, y más que nada a los sudamericanos. Es muy complicado, porque no tenemos ayuda nunca de nada, es difícil conseguir sponsors y los que consiguen, es una suerte. Es un alivio comenzar a ganar ese dinero, porque vas pagando las deudas que tenés y después te da un poquito más de libertad. Es una sensación con la que no estoy acostumbrado. Siempre estamos con lo mínimo.

– ¿Cómo vive la carrera con su amigo Francisco Cerúndolo por ser el número uno de Argentina?

– Él es un gran amigo mío, crecimos juntos, entonces tener este privilegio de estar compitiendo por eso y moviéndonos en estos rankings tan altos es algo que soñamos desde muy chicos. La competencia no es contra él, para nada, sino conmigo mismo. Trataré de llegar lo más alto que pueda y el foco tiene que estar ahí. A mí lo que hace Fran me motiva. Cuando lo veo consiguiendo lo que está logrando, me pone contento porque se lo merece, porque sé lo duro que trabajamos desde chicos. Y eso me motiva porque sé que yo también puedo hacerlo. Y hay muchos más que vienen ganando. Mira a Seba Báez, a Pedro Cachin. Fede Coria ha estado lesionado, pero sigue explotando. Ni hablar de Diego (Schwartzman), que no está en su mejor momento, pero que sigue haciendo las cosas bien.

– ¿Qué tienen los tenistas argentinos en el ADN? Siempre están ahí peleando, siempre aparecen nuevos nombres en los challengers. Varios con grandes historias de esfuerzo.

– Buena pregunta. Siempre hemos sacado jugadores sin ayuda económica, que es tan importante. Entonces el que nos cueste tanto, también nos fortalece. Somos jugadores muy aguerridos, que no vamos a regalar ninguna pelota. Eso a la larga paga. Hay muchos jugadores que se están metiendo por suerte gracias a la ayuda del Pulga de la Peña y Dove Men+Care, que pusieron un montón de torneos. Irán apareciendo más y va a cambiar la situación no sólo para Argentina, sino para Sudamérica.

– Nos contaba Cachin que es imposible ganarle a Novak Djokovic, que él fue a la Cancha Central de Wimbledon a pasarlo bien y a disfrutar. Ese fue su método para buscar jugar bien. Usted que enfrentó al serbio en Roma, ¿Cómo lo ve?

– Depende de cada uno cómo se quiere sacar presión. Yo creo que Pedro hizo eso para liberarse de la presión. Cada uno lo encara diferente. Cuando yo lo encaré nada más era un rival enfrente. Obviamente era Djokovic, pero para mí uno más. Pedro lo tuvo además en pasto, donde no nos sentimos tan cómodos como en el polvo. Cada uno lo prepara a su manera.

– Sigue llevando la cuenta de los puntos con Djokovic.

– Sí. De vez en cuando, sí, sí. Obviamente.

Tomás Etcheverry lleva la cuenta de los puntos que le separan de Novak Djokovic // T. ETCHEVERRY

– Y con Andy Murray tuvo un encuentro cercano en Madrid, donde compartieron entrenamiento. ¿Qué conversaron?

– Hablamos mucho. Después de cuando perdí en con él en la primera ronda de Indian Wells me vino a hablar. Me habló de mi nivel, de mi tenis, me dio algún par de cosas para mejorar y trabajar. Es un caballero, una gran persona y también me sirvió entrenar porque compartimos cosas. Con un flaco como él es un privilegio.

– En Copa Davis le quedó la espina clavada luego de que no pudo estar ante Finlandia por lesión. Esta vez va a tener una nueva oportunidad, pero en un lugar donde no acostumbra a estar Argentina. Toca en septiembre Lituania en Buenos Aires para no descender.

– Nunca jugué, así que sea donde sea que toque jugar va a ser una alegría. En febrero nos tocó un rival durísimo. Finlandia de local fue muy complicado. Son cosas que pasan en este torneo y toca mirar la próxima. Si es en las finales o en instancias para mantener la categoría… a mí me parece que donde sea, representar a Argentina es un privilegio que hay que hacer de la mejor manera.

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