NUEVA YORK – “No voy a llorar en el vestuario, pero sí estoy decepcionado. Por algunos días voy a estar un poco triste viendo series. Tengo más motivación ahora para intentar hacerlo mejor”, comenta quien en el ranking a tiempo real, dejó esta noche de ser el número uno del mundo.

Daniil Medvedev, algo resfriado por culpa de esa obsesión irrefrenable de los estadounidenses por elevar la potencia al máximo de los sistemas de aire acondicionado, perdió en cuatro sets frente a Nick Kyrgios en un partido electrizante que elevó las pasiones de un estadio Arthur Ashe activo.

El australiano desplegó todo lo bueno que tiene su tenis y extendió luego en la misma pista el mensaje de que se está tomando en serio la competencia: “Estoy muy contento de mostrar el trabajo, me tomó 27 años”.

El ruso será el líder sólo hasta el lunes 12, cuando se actualicen los conteos oficiales, dejando la vacante para la terna que conforman los españoles Rafael Nadal y Carlos Alcaraz, y de quien seguramente pocos apostaban que tuviera opciones de ser el mejor del escalafón tras este torneo: el noruego Casper Ruud.

Nadal ya es el uno “en el aire”, y no aterriza en esa posición desde febrero de 2020. Su derrota de este lunes a manos del local Frances Tiafoe, lo deja esperando a ver cómo finaliza este US Open. Su inesperado título en Australia tras recuperarse de una operación y su décima cuarta corona en Roland Garros fueron los eventos que lo dejaron en un escenario importante. De ahí, la baja en el nivel de Medvedev, la lesión de Alexander Zverev y las exclusiones de Djokovic de los torneos de Australia y Estados Unidos ayudaron a sus matemáticas.

Si es campeón en Nueva York, Alcaraz será el mejor del mundo. También le sirve ser finalista frente a alguien que no sea Ruud. La ruta del joven de 18 años tiene al croata campeón en 2014, Marín Cilic en la jornada nocturna, antes de un hipotético duelo contra Jannik Sinner en cuartos de final.

Ruud, por su parte, necesita ganar el torneo, o en la final con cualquiera menos Alcaraz.

El cuadro masculino de este US Open está que arde.

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