A Tomás Barrios le enviaron una amenaza después de perder un partido de Challenger. El mensaje: “Te estoy esperando afuera de tu hotel”. El apostador, frustrado y furioso, conocía su número de habitación.
“Llamé el director del torneo, ‘tráeme a un guardia, sino no voy ni cagando a jugar el dobles’ Pasé un gran susto”, dijo a CLAY en una entrevista también publicada por RG Media, recordando el episodio de hace un par de años en Ciudad de México. El chileno además reveló los cambios que está haciendo para dar el salto en su carrera profesional.
Luego de ganar por primera vez un partido a nivel Masters 1000, esta semana en Toronto, su poca ortodoxa manera de realizar el drop shot fue viral en redes sociales.
En una entrevista anterior con CLAY en 2023, Barrios explicó el origen del particular golpe, tomando la raqueta de la garganta cuando lo hace desde el lado del drive: “Lo hago desde los diez años. Supongo que porque tenía poca fuerza. Se me hace más cómodo, no puedo tirar el drop agarrando la raqueta desde abajo. Luego la suelto y recupero bien la otra tomada para volear. Pero no es algo que se lo enseñaría a alguien”.
Dice estar más maduro y haciendo cambios para por fin consolidarse en el top 100 y ser una presencia frecuente en los torneos ATP. ¿Un signo de madurez? “Le estoy haciendo más caso a mi entrenador”
El tenista de 27 años por fin comenzó a invertir en un preparador físico. Su capacidad física siempre ha sido su punto débil, y cree que con su cuerpo a punto puede lograr los objetivos que se planea.
Entrevista a Tomás Barrios
— El cheque que entregan los Grand Slams es especialmente importante para los jugadores que están fuera del top 100. ¿Cómo le llega a usted ese bálsamo económico?
— Es un buen cheque que marca diferencias. Entrar a un Grand Slam no impacta tanto en el ranking. Para ganar varios puntos hay que avanzar algunas rondas. Yo viajo con harta gente, entonces tengo un gasto importante, y el dinero que pagan los torneos grandes es el que me permite principalmente seguir viajando con mi equipo y no pasar penas todo el año.
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— Tennis TV (@TennisTV) July 27, 2025
— Los tenistas chilenos no han tenido una muy buena temporada en general. Usted estuvo cerca de meterse como el número uno de Chile por primera vez. ¿Es algo que le gustaría conseguir?
—El Ale (Tabilo) y Nico (Jarry) han estado lesionados y han bajado por eso. Cristián (Garín) tuvo meses difíciles y hace unos meses ha encontrado su mejor nivel. No es el momento que uno quisiera llegar a ser número uno en Chile, pero la verdad es que no lo he pensado mucho. Yo me siento jugando bien. Más pienso consolidarme en el top 100 que ser número uno de mi país. Me gusta estar en los torneos ATP y espero hacer buenas giras para poder estar en esos eventos de manera más continua. He estado sano también, y eso me alegra, porque la salud es algo que me ha pesado en los últimos años. Por suerte ando bien.
— ¿Qué cambios hizo?
— Diría que soy más maduro y le hago más caso a mi entrenador. Invierto más en mi equipo, viajo con más gente que se preocupa de mí. Llevo muchos años con un ranking parecido y jugando los mismos torneos. Conozco muy bien el circuito Challenger. Entonces ya sé cómo manejarme, sé lo que me hace bien y lo que me hace mal.
— El tema físico siempre ha sido su punto débil. ¿Está de acuerdo?
— Sí, de acuerdo.
— ¿Qué nota le pone a su estado físico hoy de uno a diez?
— Por ahí estoy mejor, estoy en un seis, siete, espero seguir mejorando. Decidí invertir en un preparador físico. Eso me ha mantenido sano y libre de lesiones.
—Y cuando el físico se acerque al diez, ¿cuál es su techo?
— Es precisamente lo que todo mi equipo se pregunta. Apuntamos a mejorar en lo físico y con eso ver hasta dónde podemos llegar. Seguimos trabajando para estar en los torneos grandes. Creo que todavía me queda mucho por dar.

— ¿Quiénes son sus amigos en el circuito? ¿Cuál es su círculo cercano?
— Con los chilenos me llevo bien. La gente dice que no, que no nos llevamos bien, que hay tensiones. Vamos a aclararlo… tenemos muy buena onda, muy buena relación. Me llevo muy bien con Fede Gómez, que lo conocí hace un año. Es una gran persona, siempre conversamos y salimos a comer juntos. Entre los sudamericanos en general siempre hay buena onda. Es necesario, porque todos pasamos mucho tiempo fuera de casa. A veces tocan giras de dos meses y tenemos que acompañarnos entre nosotros porque es difícil estar solo tan lejos de la casa.
— ¿Con alguno se lleva mal?
— Naaah, con nadie. Olvidé mencionar antes a Charly (Carlos Gómez-Herrera). Yo diría que Charly es mi mejor amigo. Ya no está jugando, trabaja con Djokovic. A él lo veo bastante.
— ¿Le ha contado algún secreto de Djokovic?
— Djokovic juega con mi misma cuerda, así que yo le pido cuerdas a Charly, porque yo generalmente la compro. Por ahí él me pasa. Es lo más parecido a Djokovic que tengo (risas).
— ¿Tuvo alguna vez problemas con apostadores?
— Una vez pasé un gran susto. Salgo de un partido en Ciudad de México… siempre después de un partido te cagan a puteadas. Yo tengo un Instagram privado, pero igual te cagan a puteadas. Estaba muy caliente, había perdido 7-6 en el tercero contra (Dominik) Koepfer. Después del partido me llega un audio y me dicen, ‘te estoy esperando afuera de tu hotel, estás en este hotel, en la habitación tanto’. Y yo tenía que salir del hotel a jugar el dobles. Me cagué entero. Llamé el director del torneo, ‘tráeme a un guardia, si no no voy ni cagando’. Por suerte no pasó nada. Al final me dijeron es algo que en México ha pasado, que me quedara tranquilo.
— Perro que ladra no muerde…
— ¡No sé! Yo me cagué entero. Llegó la seguridad, me fui sin problemas al club. Estaba muy cerca.
—¿Juega al golf? Cada vez más tenistas están entusiasmándose.
—No, me gustaría aprender, sí, sí. Tengo un amigo que juega que siempre me dice que vayamos a jugar. Algún día lo voy a acompañar y empezaré en el golf.
— Con su documental en Netflix, Carlos Alcaraz puso de moda el tema de salir de fiesta entre torneos para despejarse y finalmente rendir mejor. ¿Usted qué opina? ¿Es necesario para usted salir de fiesta de vez en cuando?
— ¿Cuánto debe carretear (ir de fiesta) Alcaraz? Tres, cuatro, ponle que cinco veces al año… Si saliera todo lo que la gente piensa, no le iría tan bien como le va. Yo sé que se mata entrenando. Lo he visto. Todo el mundo lo sabe. No es como la gente dice.
— ¿A usted le ayuda?
— Noo, no. No te ayuda. Por ahí cuando estás muy tostado [saturado] ayuda salir una que otra vez. Pero al final no es algo que ayuda. Al otro día no puedes hacer nada si saliste de fiesta. Te levantas cansado. Te anula todo.
— ¿Le parece que el dobles merece más atención como era en épocas pasadas?
— Difícil. Por un lado, yo veo los Challengers que por ahí, ¿qué? Quinientos, seiscientos dólares por toda la semana, y están cien del mundo. Mira a Matías Soto (tenista chileno, 250° en singles, 104° en dobles), él ha ganado unos 15 Challengers, y sigue sin meterse top 100. Entonces, por ahí hay algo que está mal hecho. En los torneos ATP ganan un partido y es como que ganaran un Challenger. Entonces, al final, si te metes en el nivel ATP, basta ser levemente constante para no salir. Ahora, por otro lado, es verdad que no vende tanto. Algo tienen que modificar, pero tampoco han encontrado qué.
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