NUEVA YORK – Uno de los «peores» partidos de su vida, con «el peor» servicio que por lejos haya alguna vez mostrado. Novak Djokovic fue eliminado en tercera ronda del US Open.
Hay que remontarse al año 2002 para encontrar una temporada sin ningún campeón de Grand Slam con el nombre de Roger Federer, Rafael Nadal o el del serbio.
Este viernes en Nueva York, al filo de la medianoche, el tenis firmó un hito que remonta al deporte 22 años atrás. Djokovic perdió en cuatro sets ante Alexei Popyrin, y así se olvidó de la defensa del título. Hasta el verano australiano, por lo menos, el título grande número 25 del serbio deberá esperar.
«Jugué uno de los peores partidos de tenis que jamás he jugado. Sinceramente, nunca en la vida había sacado tan mal», se lamentó en conferencia de prensa.
Hay que ser justos con las palabras de Djokovic, porque antes de esa autocrítica felicitó a su oponente. El campeón del Masters 1000 de Montreal llegó a Nueva York en el mejor momento de su carrera y lo hizo notar la pista del estadio Arthur Ashe.
Cuando el australiano de padres rusos despertó en la mañana del partido contra el serbio, vio las noticias de la derrota sorpresiva de Carlos Alcaraz y se dijo: «¿Por qué yo no?».
Tras derrotas ante Djokovic en el Abierto de Australia y Wimbledon, Popryin entró a la cancha totalmente convencido que la tercera tenía que ser su noche. Así, emuló a su compatriota Lleyton Hewitt (presente en su box en su rol de capitán de Copa Davis de Australia) como los únicos aussies en derrotar al serbio en un evento grande.
De hecho, el campeón de Wimbledon 2002 y US Open 2001 era el último responsable de una salida de Nueva York tan temprana para Djokovic, cuando lo eliminó en 2006, también en la tercera ronda.
«En una cancha tan rápida como esta, sin el saque, sin capacidad para ganar puntos gratis allí, muy bajo porcentaje de primer saque, muchas dobles faltas… entonces no puedes ganar. Especialmente contra los chicos que están en forma, como Alexei, que saca muy bien y pone mucha presión en tu servicio. Fue un partido horrible para mí», dijo el actual número dos del mundo.
Al igual que Alcaraz, Djokovic acusó el desgaste que le ocasionó disputar los Juegos Olímpicos de Paris.
«Obviamente tuvo un efecto en mí. Es una superficie distinta. Gasté muchas energías ganando el oro y llegué a Nueva York sin sentirme fresco ni mental ni físicamente. No es que haya tenido problemas físicos, simplemente me quedé sin gasolina», aseguró.