LONDRES – Desear que uno de los momentos más dulces de tu carrera no hubiese existido. El chileno Cristian Garín a veces piensa que habría sido mejor nunca ganar el torneo junior de Roland Garros.
“Miro atrás y siento que todo fue una locura. Toda la presión gratuita que se me puso encima… fue mucho”, dijo el ex 17 del mundo en entrevista con CLAY y RG Media en Londres.
Durante las clasificaciones de Wimbledon 2025 el campeón de cinco títulos ATP habló a corazón abierto sobre las expectativas que se depositaron sobre él en su país.
“Me hubiese gustado haber jugado un poco más tranquilo, sin tanta tensión”, confesó
En 2013, el tenis chileno llevaba algunos años fuera del primer plano internacional tras el retiro de Fernando González y Nicolás Massú. Así, el triunfo de Garín en París sobre Alexander Zverev en la final de menores generó esperanzas exageradas: “Casi que fue un problema haber jugado en juniors porque ahí me conoció mucho la gente”.
Garin, de 29 años, reflexionó sobre el sacrificio de pasar tanto tiempo lejos de su familia y amigos: “A veces uno se pregunta: ‘¿Vale la pena el esfuerzo de estar lejos toda la vida?'”
Entrevista con Cristián Garin
– Hizo un cambio y se notó. Cuando empezó a valorar el circuito Challenger, empezó a ganar partidos. Se le ve disfrutando.
– Sí, fue difícil, sobre todo en el comienzo. Pasé de estar cinco o seis años jugando los mejores torneos a tener que bajar a los Challengers, con algunos torneos que no son los mejores para competir. Las condiciones me complicaban. La gente piensa que los Challenger son fáciles de ganar. Exigen que uno lo gane todo. Entré en un lapso negativo, no me motivaba, no me encontraba en la cancha. Caí en una sintonía mala porque estaba confundido.

– La segunda división del circuito se torna más y más competitiva, muy exigente.
– Exacto. Los Challengers son muy competitivos, la gente está jugando muy bien, entonces hay que ir mega humilde. Vas a luchar contra todos, vas a correr tres horas todos los partidos a veces solo por ganar diez puntos, 15 puntos. Entonces eso me complicaba, porque veía muy lejos volver a estar donde quería estar, donde todavía quiero estar. Cambié la mentalidad, empecé a preocuparme de otras cosas y empecé a jugar mejor muy rápido.
–¿Cuáles son esas cosas de las que se empezó a preocupar?
– De mí, de mi físico. Estaba teniendo muchos dolores. Cada partido terminaba con un dolor. Físicamente no me sentía rápido ni explosivo. Entonces ya pasan los años y hay que mejorar en todo aspecto, porque ya uno se empieza a recuperar un poquito más lento. No queda otra que reinventarse. Yo soy profesional hace 12, 13 años. Entonces a estas alturas empecé a preocuparme más por mí y a encargarme de las cosas que directamente me ayudan a rendir mejor en el tenis. Hay veces que uno cae en una sintonía negativa y cree que no va a salir.
–¿Qué lo ayuda a rendir mejor?
– Hacer otros deportes, salir a trotar o caminar. Despejarme. También contraté a Guillermo, mi nuevo preparador físico. Me ha ayudado mucho a liberar malos pensamientos desde el trabajo físico. Y siempre con Cristián Madariaga, que me ha seguido toda la carrera. La gente de mi círculo me está ayudando a estar un poco más concentrado en lo que me toca.
– ¿Qué siente que necesita para volver a ser top 20? ¿Es ese en el lugar que dice que quiere estar?
– Yo siento que necesito seguir con lo que estoy haciendo y repetirlo un año entero. Siendo honesto, no tengo en mi cabeza volver a estar entre los 20 mejores. Claro que lo quiero, estoy vuelto loco por hacerlo, pero todavía no lo tengo puesto como un objetivo porque recién llevo dos meses trabajando bien. Estoy siendo sincero. No puedo pretender en dos meses querer ser top 20. Entonces creo que hay que ir paso a paso. Estoy cerca del top 100, quiero volver a jugar torneos ATP, estoy loco por volver a jugar ATP o entrar directo a los cuadros principales de los Grand Slams. Siento que ahí compito muy bien.
– ¿Ve la oportunidad?
– Cada semana veo la oportunidad de meterme en los torneos que quiero, la veo. Todo está muy competitivo, pero también abierto. Hoy en día hay 200 jugadores que tienen chances de meterse en los 20 o 30 mejores del mundo. Es así de bravo. Hay que estar todas las semanas muy duro de cabeza, hay que cuidarse mucho el físico y estar listo. Porque está abierto el tenis. Eso me hace ilusión. Pero también soy consciente en este momento soy 110 del mundo y es la realidad que tengo que vivir. Es mucho mejor de lo que era hace dos meses, entonces estoy agradecido de eso, pero quiero seguir trabajando así y ver qué pasa en un año más.
–¿Vio la final de Roland Garros 2025?
– Sí, la vi.
–¿Y qué sintió al mirar ese nivel de tenis?
– Hace mucho tiempo no me ponía nervioso viendo un partido de tenis de otra gente, y la verdad es que quedé impactado del nivel. Me gustó mucho ver que se habló de tenis en todo el mundo y que el tema era materia de conversación no solo entre los fanáticos del tenis. Lo que generó el partido fue algo increíble y me impactó el nivel de los dos. Fue una locura el partido.
–¿Tienes ganas de jugar contra Alcaraz y Sinner?
– Obvio. Pero soy consciente que estoy recién en un nuevo comienzo. Tengo que estar estable al menos un año y ver qué pasa. Yo los conozco, Alcaraz y Sinner llevan trabajando excelente cuatro o cinco años. La disciplina que tienen es de otro planeta. Siendo ellos muy jóvenes, inspiran mucho a mi generación. Es cosa de ver cómo trabajan, cómo toman decisiones, cómo componen sus equipos de trabajo. Yo miro eso y de ellos dos extraigo mucho. Son ejemplos deportivos en todo sentido.
– Hace algunas semanas usted habló en un podcast de la presión que sintió los meses y años posteriores a su título junior de Roland Garros. Fue campeón compitiendo contra tipos como Alexander Zverev, Nick Kyrgios, Borna Coric. Ya pasaron 12 años desde ese título. ¿Cómo ve esa etapa en retrospectiva?
– Miro atrás y siento que todo fue una locura. Toda la tensión, toda la presión gratuita que se me puso encima… fue mucho. Creo que fue una etapa que me enseñó mucho a medida que fue pasando el tiempo, pero en ese momento me hubiese gustado haber jugado un poco más tranquilo, sin tanta tensión. Tú estás ahí sin remuneración económica, costeando todo por tu cuenta, mis papás ayudándome también. Ellos no tenían experiencia en el mundo del deporte, así que era como sumarles un problema a la situación. Fue difícil, aprendí bastante, pero siento que no le saqué mucho provecho a la situación.
– Desde muy chico la gente estuvo muy pendiente de usted.
– Siempre he sido un agradecido del apoyo de la gente. Me gusta jugar una acá en la qualy de Wimbledon y tener 50 personas apoyándome. Al torneo que vaya, incluso los Challengers, hay gente. Tiene cosas muy positivas. Pero en ese momento fue algo raro sentir cosas negativas, críticas muy fuertes para un niño de 17 años.
–¿Nunca dijo “ojalá nunca hubiera ganado Roland Garros”?
– Sí, sí lo pensé varias veces.
– Quiero que profundice.
– Fue algo que pensé. Me dije que casi que fue un problema haber jugado en juniors porque ahí me conoció mucho la gente. Yo estaba igualmente 350 del mundo con 17 años, ya era un proyecto, tenía el nivel. Creo que ese año terminé 250 con 17 años. Tenía, ¿cómo se dice?… no sé si potencial para ser una superestrella, pero tenía potencial para ser top 20, ganar títulos, lo que en definitiva hice. Mi familia no es del deporte, nunca me puso ninguna presión, me apoyaron en todo. Entonces como que tampoco tenía un guía en ese momento y eso quizás se complicó un poquito en su momento. La etapa junior es rara, porque nadie te asegura nada. Y al ser sudamericano es más difícil aún.
– Cuando mira hacia atrás en su carrera, ¿piensa en algunos errores que cometió y que le hubiese gustado no haber cometido?
– Sí, millones. Creo que la diferencia que veo entre jugadores como yo y otros jugadores que han sido mucho más consistentes teniendo un nivel similar al mío, está en la toma de decisiones. Muchos tomaron mejores decisiones que yo, o tienen gente más capacitada alrededor desde muy pequeños y eso te cambia mucho. Me hubiese gustado el apoyo de alguien en que yo confiara más, alguien que haya estado en el tenis. Y en Chile o en Sudamérica no es fácil, porque nadie se sacrifica por ti o nadie te guía. Pero bueno, de todos los errores aprendí. Es mejor darse cuenta ahora con 29 años que a los 40.
– ¿Qué le agradece al tenis?
– Le agradezco mucho que me ha enseñado a reinventarme en momentos muy difíciles. Obviamente en mi carrera han pasado muchas cosas que yo nunca he hablado y no tengo ganas de hablar ahora. Quizás algún día contaré. Pero siempre me ha enseñado que se puede salir adelante, que hay que intentarlo, que vale la pena el esfuerzo, que las malas épocas no son para siempre. Y yo creo que eso me ha enseñado mucho.
– ¿Hay algo que el tenis le deba?
– No sé, ojalá que me deba algo.
– ¿Dónde se ve en 20 años?
– Sinceramente, en estos momentos no sé. Estoy pensando mucho en el día a día y que pase lo que tenga que pasar.
– ¿Cuál es su situación sentimental? ¿Está soltero?
– Sí, estoy soltero.
– ¿Y disfruta de la soltería?
– Viví momentos personales difíciles el último tiempo con el tenis. Entonces he estado muy pendiente de salir adelante, de buscarle la vuelta para estar arriba. Le he dedicado mucho tiempo a eso últimamente. Si uno está con alguien, tiene que estar en buena sintonía. Tienen que estar pasando cosas buenas. En el deporte no sabes hasta cuándo vas a jugar, entonces hay que estar enfocado. Y yo creo que si uno está con alguien tiene que entregar y recibir cosas que sumen. Lo normal. Cada persona es distinta y uno tiene que aprender a manejarlo como todo en la vida.
– Carlos Alcaraz puso de moda el tema de la importancia que para algunos tiene salir de fiesta y despejarse. ¿Cómo lleva ese tema usted? ¿Necesita de una buena fiesta de vez en cuándo para aliviar la cabeza?
– Sí, a mí me gusta salir. No salgo siempre. Me gustaba más antes, cuando tenía 23, 24 años. Yo soy mucho de extrañar a mis amigos, así que siempre que puedo quiero hacer una junta. Entonces me lo disfruto mucho cuando estoy con ellos. Los deportistas nos perdemos los cumpleaños, varios eventos. Y a veces uno dice, ¿vale la pena el esfuerzo de estar lejos toda la vida? Porque ya son años estando lejos, viajando. Entonces, cuando tengo la posibilidad de salir, salgo. Me ayuda. Obviamente con control e intentando acordarme que soy tenista. Pero yo creo que con balance está bien, hay que saber cuándo hacerlo y ayuda a despejarse. Hay gente que no le gusta, que ni siquiera toma alcohol. Obvio que lo respeto. Pero yo creo que hay que, de vez en cuando, salir, estar con los amigos y despejarse un poco para quitarse esa presión constante que uno tiene. Yo lo hago así y lo paso bien.
Si les gustó esta entrevista a Cristian Garín, no se pierdan muchas más conversaciones con las estrellas del tenis mundial en este link a nuestro sitio.