Tío Toni hay uno solo, y ni siquiera Rafael Nadal pudo sostenerlo a lo largo de toda su carrera. Los jugadores y los entrenadores están condenados a separarse, a romper esa relación extrañísima en la que el teórico jefe deportivo es, en los hechos, el vasallo económico. Y a esa realidad tampoco pudieron escapar Carlos Alcaraz y Juan Carlos Ferrero.
¿Fue una ruptura acordada? Fue un despido acordado, lo dejó bien claro Ferrero con esa frase final en el comunicado de este martes 16 de diciembre de 2025, regalo anticipado de Navidad: “Me hubiera gustado seguir”.
Se lo dijo a CLAY una fuente muy cercana a estos años de gran éxito de Alcaraz en el tenis internacional: “Había desacuerdos importantes entre Ferrero y el padre de Alcaraz acerca de cómo llevar la carrera del jugador”.
Y sumó un dato clave Javier de Diego, especialista en tenis de Radio Nacional de España (RNE): “La relación queda rota hace dos días al no llegar a un acuerdo en la negociación del. nuevo contrato”.
Se puede leer entre líneas y se pueden recuperar algunas imágenes, frases y situaciones de estos últimos años en los que Ferrero fue notablemente exitoso: no solo llevó a Alcaraz a ganar seis títulos de Grand Slam y al número uno del mundo, sino que lo situó en el camino de ser leyenda.
Entre líneas está el deseo claro de Ferrero de haberse mantenido como entrenador de Alcaraz, y entre líneas, también, puede leerse la respuesta del jugador: “Me quedo con la tranquilidad de saber que no nos hemos dejado nada por dar, que lo hemos puesto todo a disposición del otro”.
¿Ya no se quieren, terminaron peleados Alcaraz y Ferrero? Claro que no, pero Ferrero es un español especial, un hombre de sobriedad escandinava si se lo compara con la exuberancia de la mayoría de sus compatriotas. No en vano nunca tuvo una relación más allá de correcta con Nadal.
Se pueden recuperar algunas imágenes, recuerdos y frases para entender mejor lo sucedido.
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La sobriedad de Ferrero es incompatible con determinados aspectos del “showman” que es Alcaraz. Aquel documental de Netflix, “A mí manera”, en el que el jugador explicaba en detalle su filosofía del tenis y de la vida, con el disfrute como prioridad, explica algunas cosas.
Y, en una reciente entrevista en CLAY, el ex tenista brasileño Fernando Meligeni, que compartió circuito y amistad con Ferrero, dejó algunas claves de lo que finalmente terminó sucediendo.
Según el semifinalista de Roland Garros 1999, el “A mi manera” implica más que el gusto declarado de Alcaraz por salir de fiesta.
“Es más que eso. A ver. Ese “a mi manera” es el horario, es cuánto, es cómo. La verdad, el problema del jugador con el entrenador pasa por su compromiso, cuánto te vas a comprometer. Lógicamente, la noche y el chupi [el alcohol] son una de las cosas más importantes. Pero después está todo. ¿Cuánto va a participar la familia? La familia de Alcaraz está toda adentro. ¿Querrá Juanqui que el hermano de Alcaraz esté dentro del equipo? No lo sé”.
En aquella entrevista en septiembre, Meligeni no tenía dudas de quién ganó la batalla. “La ganó ‘A mi manera’. Y hoy lo tenés al pibe [el hermano de Alcaraz], lo tenés al padre”.
Si ya es difícil dirigir a un jugador, mucho más difícil es guiar a un jugador con toda su familia a cuestas, en este caso padre y hermanos. Según pudo saber CLAY, Ferrero y el padre de Alcaraz mantuvieron una discusión muy fuerte cuando el entrenador anunció que no iría en febrero de 2023 a la gira sudamericana, y que delegaba esa misión en el que fue su entrenador, Antonio Martínez Cascales.
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No le fue nada mal a la dupla del joven y el veterano: Alcaraz fue campeón en Buenos Aires y finalista en Río, pero la discusión entre el entrenador y el padre dejaría secuelas. Un año más tarde, Ferrero sí estaba en Buenos Aires dirigiendo a Alcaraz, que perdió en semifinales con el chileno Nicolás Jarry.
CLAY le preguntó lo siguiente a Ferrero: “Alcaraz habla de lo que tiene que corregir fuera de pista, y el año pasado usted habló de que tiene que ser más profesional fuera de cancha, ¿a qué se refiere?”.
Ferrero no rehuyó el tema: “Entender el profesionalismo, cuando realmente trabajar, cuando descansar, cuando estar enfocado. Eso, para los jóvenes de hoy en día, es realmente complicado, porque muchas veces les es difícil vivir la realidad de lo que les rodea. Van de semana en semana, les tratan muy bien en todos los sitios y no ven la realidad. En ese aspecto creo que está mejorando muchísimo, creo que la estructura de equipo que tiene alrededor le ayuda a estar con los pies en el suelo”.
Ante la posibilidad de que Ferrero dejara el puesto, Samuel López comenzó a cobrar más protagonismo, acompañando a jugador a cada vez más torneos. El fue, también, el artífice del cambio en el movimiento del servicio de Alcaraz, un golpe claramente mejorado hoy.
Que Ferrero no seguiría comenzó a ser cada vez más claro en los últimos meses, con Alcaraz cada vez más reacio a conducir una hora en auto para entrenarse en la academia de Villena, a una hora de la “Carlos Alcaraz Tennis Academy” en El Palmar, un emprendimiento que dirige su padre y que el jugador está buscando promocionar.
Ferrero -exitoso hoy, pero que probablemente ve cosas en el futuro que nadie más puede ver- fue invitado a bajarse del barco en un puerto intermedio porque, al final, el asunto era bastante sencillo: ¿quién debía adaptarse a quién; el número uno al entrenador o el entrenador al número uno? La respuesta, obvia, llegó nueve días antes de la Navidad.
