Qué mejor lugar que la Rafael Nadal de Barcelona para que Rafael Nadal vuelva a su superficie favorita después de casi dos años: “Poder competir significa mucho para mí”.
En la pista central del Torneo Conde de Godó que lleva su nombre, el hombre que ganó 12 veces en Cataluña jugó su primer partido sobre arcilla después del 5 de junio de 2022, cuando levantó su décimo cuarto trofeo de Roland Garros. Lo hizo de manera exitosa, convincente y contundente con un 6-2 y 6-3 sobre el italiano Flavio Cobolli en menos de una hora y media de partido.
Una dosis de confianza necesaria en un año lleno de dudas, deseos frustrados y contradicciones. Porque si Nadal sueña con Roland Garros, e incluso, más allá de Roland Garros, jugar y ganar de la manera que lo hizo en el ATP 500 de Barcelona, fue fundamental.
And @RafaelNadal is back in the business. pic.twitter.com/76EWH7vJX1
— Clay (@_claymagazine) April 16, 2024
“He intentado (regresar a la competencia después de las lesiones) muchas veces en mi carrera. Cada vez es más difícil, estar en una edad avanzada hace las cosas aún más duras. He pasado momentos malos, pero he logrado estar en el tour por algunos días y he practicado con los otros tenistas. Poder ser competitivo significa mucho para mí. Todavía disfruto lo suficiente como para seguir haciéndolo”, dijo Nadal en la entrevista en pista con Tennis TV.
Nadal fue conservador con su servicio, pero de igual manera, muy efectivo. Optó por servir a tres cuartos de velocidad y así cuidar de sus abdominales que lo borraron de Montecarlo la semana pasada.
“Arrivederci, Flavio”, gritó un espectador cuando Nadal se disponía a servir con match point a favor. Lo desaprobó el ex número uno del mundo con un gesto de molestia en su rostro y negando con la cabeza. Pidió disculpas a su rival justo antes de acabar de imponer sus condiciones. Salvo unos cuántos golpes fuera de timing, el español fue una versión de ese jugador que en Barcelona tiene un 94% de partidos ganados. Su correcta movilidad y soltura se conjugó con la presión que impone su nombre (y el de la cancha): el italiano de 21 años ayudó en el regreso de Nadal con más de 40 errores no forzados, demostrando nerviosismo por varios momentos.
Conclusión repetida, pero siempre importante de destacar: si el cuerpo no pone obstáculos, Nadal sobre polvo de ladrillo es un peligro más que conocido.
El siguiente obstáculo es una valla muchísimo más alta. Alex de Miñaur de seguro lo llevará al límite, y si eso sucede, ya será para el español una ganancia. Si logra competir sintiéndose bien, diga lo que diga el marcador, será para Nadal una victoria más que importante.
