PARÍS – Es creativa en la cancha, con una variedad de tiros y velocidades que le dan un aire fresco al circuito. Y lo es también en las redes sociales, donde muestra un humor especial. Bienvenidos al mundo de Eva Lys.
«Amo ser creativa. Trato de ver el tenis desde una perspectiva distinta, creo que es algo que no he visto hacer a mucha gente».
La alemana de 23 años es una de las estrellas emergentes de la WTA. Está atrayendo a los fans por su juego entretenido y su carisma, con videos que comparte en su Instagram y Tik Tok.
«No pongo mucho esfuerzo en generar contenido. ¡Me sale natural! Disfruto de la vida, la paso bien», dijo ante los medios, consultada por CLAY, luego de primer triunfo de su carrera en Roland Garros. Lys venció a la estadounidense Peyton Stearns, 28ª preclasificada, por 6-0 y 6-3.
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«Las redes sociales tienen sus altibajos, pero veo el lado positivo, de compartir contenido lindo que la gente disfrute. Y bueno, como en la vida, siempre hay aspectos negativos, y cuando todo se vuelve demasiado malo, hablo abiertamente de ello, porque creo que también es importante reconocer los lados oscuros y poder hacer algo al respecto», comentó sobre el doble filo de las redes, capaces de entregar mucho odio y resentimiento.
«En general, tengo una comunidad muy buena y positiva», agradeció Lys, con 183.000 seguidores en Instagram, y 36.700 en Tik Tok.
La número uno de Alemania aprovecha los distintos destinos del mundo donde viaja por el tenis para subir contenido fuera de los torneos, con un enfoque turístico y a veces gastronómico. También acerca a sus fans a la pista, y ofrece un vistazo al detrás de escena de los eventos.
Lys también vende y hace publicidad. Promociona contenido de sus patrocinadores (Porsche, La Roche-Possay, Acsis), de una forma orgánica y alineada con el mensaje que quiere entregar.
Su caso es similar a lo que sucedió con Emma Raducanu, en diferente proporción: las marcas ven en Lys a una figura que penetra bien en el público por su simpatía, facilidad frente a las cámaras, belleza física y herencia cultural.
«Es algo así como un hobby combinado con negocio, pero en realidad no lo he visto como un negocio, porque es simplemente lo que hago fuera del deporte y que me hace sentir bien. Y quizá en el futuro me abra más puertas, pero por ahora, espero que sea el tenis el que me las abra», dijo a CLAY en la sala de conferencias de la Phillippe Chatrier.
La alemana nació en Kiev. Sus padres ucranianos se mudaron a Hamburgo cuando ella tenía dos años. Su padre Vladimir, un ex tenista profesional que representó a Ucrania en Copa Davis, la entrena hasta el día de hoy.
Con aquel linaje y una fascinación por las lenguas, Lys es políglota. Domina a la perfección el idioma alemán, ucraniano, ruso e inglés. Está aprendiendo español.
«Quizás me hablo a mí misma en alemán. Pero cuando estoy pensando en cosas técnicas, como juego mucho tenis con mi papá, cambio al ucraniano. Siento que es una gran mezcla. Mucha gente me pregunta en qué idioma sueño. No sabría decirlo. No lo sé», ríe.
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Melbourne fue la ciudad que la lanzó al estrellato de una manera inesperada. Había perdido en la última ronda de la qualy del Abierto de Australia 2025, y llegó a enterarse 10 minutos antes de su partido en primera ronda que había ingresado como lucky loser.
Su campaña allí fue destacada: llegó hasta los octavos de final, donde perdió contra Iga Swiatek.
En París tendrá la oportunidad de entrar por primera vez al top 50 si sigue avanzando. Y de generar material para sus redes en una ciudad que siempre sorprende.
