NUEVA YORK – Con la amargura por haber perdido las finales del Abierto de Australia y Roland Garros, Aryna Sabalenka decidió buscar tiempos dulces en las islas griegas. Allí hizo una pausa mental, reflexionó y refrescó sus objetivos. ¿Cómo iba a terminar el año sin un título de Grand Slam?
En el tenis, ser número uno del mundo no es necesariamente sinónimo de ganar los trofeos más grandes. Y la bielorrusa no quería que eso sucediera: “Sabía que por todo el trabajo que hicimos, merecía un título de Grand Slam esta temporada”.
Tras vencer a Amanda Anisimova por 6-3 y 7-6(3) en la final del Abierto de Estados Unidos, Sabalenka se arrodilló sobre el cemento del Arthur Ashe. Sintió que ese triunfo fue distinto a sus otros tres títulos de Grand Slam.
“Después de las finales en la primera parte de la temporada, esta vez se sintió diferente. Tuve que superar muchas cosas para lograrlo”, confesó a los reporteros en Nueva York.
Tras su frustrante derrota en París, a la que le sumó un discurso en la ceremonia de premiación donde dijo que Coco Gauff ganó porque ella había jugado “un tenis terrible”, viajó a Mykonos con su pareja para pasar las penas y pensar en cómo revertir su mala racha.
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“Estaba en Mykonos, leyendo un libro, disfrutando la vista (ríe), y pensaba: ¿por qué dejé que mis emociones me dominaran en esas dos finales? Sentía que si llegaba a la final, ya estaba ganado, y de alguna forma no esperaba que las rivales salieran a pelear. Creía que todo iba a salir fácil a mi favor, lo que era una mentalidad completamente equivocada.”
“Aquí en Nueva York mi mentalidad fue salir, luchar cada punto. No importa la situación. Solo concentrarme en mí misma y en lo que tenía que hacer para ganar el partido”, dijo Sabalenka, quien ha disputado las últimas seis finales de Grand Slam en pista dura.
Cumplido el objetivo, puede llegar la celebración.
“¿Nuestra mejor celebración? La del US Open 2024. Tuvimos a muchos amigos en la ciudad. No puedo dar demasiados detalles (ríe), pero fue una fiesta increíble y una noche muy especial”, contó a CLAY el novio de la tenista, Georgio Frangulis, en una entrevista durante el torneo.
La vara está alta, pero Sabalenka –que llegó a la conferencia de prensa con una botella de espumante de la que bebió frente a los periodistas– ya advirtió que esta noche celebrará sin demasiados límites.
Dijo en el estudio de ESPN minutos después de recibir el trofeo: “Voy a tomar mucho. Eso es seguro. Me lo merezco, después de tanto trabajo y esfuerzo. Es necesario para liberar las emociones”.
