NUEVA YORK – Novak Djokovic no sabe lo que es soportar la presión de conquistar su primer Grand Slam como lo vive Alexander Zverev.
El serbio levantó un título grande por primera vez en 2008, cuando a fines de enero cortó la racha de once Grand Slams ganados por Roger Federer y Rafael Nadal. Tenía 20 años.
No vivió la angustia de Zverev. Pasan los torneos, pasan los años, cambian las eras, y el jugador más regular de su generación sigue acumulando decepciones en las instancias importantes. Cada vez será peor, reflexiona el campeón de los Juegos Olímpicos de París 2024.
“Ves a un tipo como Zverev, que ha estado en múltiples finales de Grand Slams, y ha construido tanta presión sobre él y sobre su entorno para ganar. Porque todos saben que tiene todo para ser campeón de un Grand Slam, pero todavía no lo ha conseguido”, dijo el ex número uno del mundo.
“Cuanto más tiempo pasa, peor se vuelve y más peso siente sobre los hombros”, afirmó Djokovic, luego de vencer por 6-3, 6-3 y 6-2 a Jan-Lennard Struff y acceder por 64ª vez a los cuartos de final de un Grand Slam. Está entre los ocho mejores del US Open por decimocuarta vez en su carrera.
Zverev, por su parte, se despidió en la tercera ronda de Nueva York, dominado por el canadiense Félix Auger-Aliassime.
¿Qué fue lo que no funcionó esta vez?
Durante la temporada, Zverev culpó al público rival, a las pelotas, a las condiciones climáticas y a las comidas de los hoteles en varias de sus derrotas.
En Flushing Meadows, su juego de fondo se quebró. “No hubo golpes con los que me sintiera bien desde ningún lado: derecha, revés. Mi revés estuvo completamente mal esta semana. Mi actuación en Grand Slams este año fue decepcionante”, dijo el alemán al sitio web de la ATP.
Su mochila seguirá acumulando peso conforme pasen los años.
En tanto, Djokovic se medirá contra Taylor Fritz por un cupo en la semifinal.





