NUEVA YORK – Alexandra Eala vive un sueño en Nueva York y le mostró a Filipinas lo desconocido: nunca en la historia un tenista de ese país ganó un partido en un Grand Slam.
“Estoy muy agradecida de ser la primera en lograrlo. Me enorgullece mucho representar a mi país. Eso hace que lo que hago se vuelva más grande que yo y le da un sentido especial a mi trabajo. Es difícil pensar que soy la primera en lograr algo así, porque también es mi primera vez viviendo este camino en el tour”, dijo a los reporteros.
El Grandstand del USTA Billie Jean King National Tennis Center estuvo repleto de gente a su favor, varios de ellos filipinos, emocionados al ver el triunfo de Eala por 6-3, 2-6 y 7-6 (13-11) sobre la 14° preclasificada, Clara Tauson.

La danesa lideró por 5-1 en el tercer set, pero Eala fue capaz de dar vuelta el partido y darle así un sabor aún más especial a su histórica victoria.
En el área metropolitana de Nueva York vive una de las mayores diasporas filipinas del hemisferio occidental. Según estimaciones del Censo 2014, hasta ese año residían más de 260.ooo filipinos o hijos de filipinos.
“No tenemos ningún torneo WTA en Filipinas donde pueda jugar frente a mi público local, pero aquí se siente especial por la gran comunidad que vino hoy”, dijo la tenista de 20 años durante la entrevista en pista
Eala nació en Quezon City, parte del área metropolitana de Manila. Su abuelo la motivó a ella y a su hermano a jugar tenis para conseguir una beca en las universidades norteamericanas.

En el club donde jugaba solo había una cancha dura. El resto, era de conchas marinas trituradas, similares a las de arcilla pero con un material más fino y arenoso.
“Mi abuelo pensaba en el panorama general, y decía: ‘Fuera de Filipinas no hay canchas de shell. Si queremos competir afuera, tenemos que aprender en canchas duras’”, recordó Eala en entrevista con la revista Town&Country. Las canchas funcionaban por orden de llegada, así que su abuelo iba horas antes de que saliera del colegio, y los hermanos Eala jugaban todos los días en esa cancha dura.
Un acierto el de su abuelo, que dio su primer gran fruto varios años después, en marzo de 2025, cuando Eala se mostró al mundo al llegar a las semifinales del Miami Open. Esa notable campaña incluyó victorias sobre Iga Swiatek, Jelena Ostapenko y Madison Keys.
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Su éxito en Nueva York se sumó al de su amiga Janice Tjen, indonesia, y con quien comparte desde pequeña en los torneos de la región sudasiática. No había un triunfo en Grand Slams de una jugadora de Indonesia desde hace 22 años.
“Me pone muy feliz ver el progreso del tenis en el sudeste asiático en general. A Janice la conozco desde hace mucho tiempo, así que me alegro por ella. Me alegra que jugadoras de esta región estén apareciendo y empezando a tener éxito”, comentó.