CARTA DESDE PARÍS (7): UNAS ENTRADAS PARA LA FINAL DE LA CHAMPIONS, POR EL AMOR DE DIOS
PARÍS - Nadie es inocente a esta altura en el mundo del deporte, y mucho menos el argentino Diego Schwartzman, uno de los mejores tenistas del planeta y hombre de mente privilegiada. Schwartzman acababa de ganar -podría decirse arrasar- su partido