Taylor Townsend cree que la idea de que las mujeres son maltratadas en Arabia Saudita es una concepción errónea alimentada por los “medios de propaganda”.
“Ojalá que la gente pueda dejar de pensar que las mujeres reciben un mal trato allá, porque no es así”, dijo la tenista norteamericana a CLAY en una entrevista también publicada por RG Media.
La jugadora de 29 años calificó su experiencia en Medio Oriente como “fenomenal”. Disputó las Finales de la WTA 2024 en Riad y aseguró que fue uno de los mejores torneos en los que ha participado en su carrera. “No viví ni presencié nada negativo, ni una sola vez”.
“Creo que su inversión demuestra que valoran a las mujeres. Para mí, es un paso progresivo”, dijo al referirse al nuevo programa de maternidad financiado por el Fondo de Inversión Pública (PIF) de Arabia Saudita. La iniciativa cubrirá hasta 12 meses de licencia de maternidad pagada y dará acceso a tratamientos de fertilidad para fomentar que las jugadoras puedan formar una familia.
Townsend, la única madre en la historia del tenis que ha llegado al número uno del mundo en dobles, también se refirió al debate sobre la igualdad salarial y expresó un fuerte respaldo a una fusión entre la ATP y la WTA.
Entrevista con Taylor Townsend
— ¿Cree que el tenis necesita tomar más riesgos en general?
— Sí, lo creo. Definitivamente hay margen para mejorar: las reglas, el calendario… muchas cosas necesitan ser replanteadas.

— ¿Podría nombrar dos o tres de los aspectos más importantes?
— Uno clave es el calendario: no hay una verdadera pre-temporada. Y si hablamos de premios en dinero, la distribución a lo largo del año no es equilibrada, más allá de los Grand Slams y algunos Masters 1000, porque no todos entregan pago igualitario. No es solo el calendario de competencia: también están los viajes, los cambios constantes de ciudad, las superficies, las pelotas. Estamos en una adaptación continua. Y las personas que toman las decisiones no viven eso. Aun así, se espera que rindamos al máximo todas las semanas. Al final del día, somos seres humanos, no robots.
— Y está el aspecto comercial…
— Entiendo el negocio, pero también hay que considerar el cuerpo, la mente, el espíritu. Te desgasta. Para muchas de nosotras, el tenis es una pasión. Es algo que amamos, a lo que le hemos entregado todo desde pequeñas. Queremos mantener vivo ese amor, al mismo tiempo que aceptamos que también es nuestro trabajo, nuestro sustento. No es fácil. Pero creo que hoy estamos en una mejor posición porque tenemos representantes. Yo soy parte del directorio ejecutivo de la PTPA, y eso es muy positivo: ya no tenemos que luchar solas contra estas grandes estructuras. Tener una voz colectiva es poderoso.
— ¿Puede darme una actualización sobre la demanda de la PTPA contra los principales organismos del tenis (ATP, WTA, ITF e ITIA)?
— La verdad, no puedo. Me perdí las dos últimas reuniones del comité ejecutivo porque estaba jugando las clasificaciones de Roland Garros y Wimbledon. Hago lo mejor que puedo. Siempre que estoy disponible, asisto. Este es mi trabajo, y va primero, y todos lo entienden. Aunque me pierda una reunión, igual recibo las actualizaciones. Pero desde que se presentó la demanda, no he tenido la oportunidad de sentarme con alguien y entender bien en qué está todo ahora.
— El debate por la igualdad de premios entre hombres y mujeres sigue abierto. Nunca se detiene. Hay quienes luchan por la equidad, y otros que argumentan que en el tenis los hombres generan más ingresos que las mujeres. ¿Cuál es su visión profunda sobre esto?
— Entiendo ese argumento desde la perspectiva de la televisión y la audiencia. Pero el tenis femenino es uno de los deportes femeninos que más ingresos genera a nivel global. Tiene una gran base de fans y un alcance internacional enorme. Es un mercado distinto al de otros deportes femeninos. Claro, puede que no siempre genere lo mismo que el tenis masculino, pero también hay que mirar la estructura. Fuera de los Grand Slams, los hombres juegan al mejor de tres sets igual que nosotras. Solo en cuatro torneos al año juegan al mejor de cinco. Así que cuando dicen “jugamos más”, eso solo aplica a esos cuatro eventos. Desde el punto de vista comercial, sí, se pueden hacer comparaciones. Pero lo que aporta el tenis femenino es increíble: la audiencia, los fans, el apoyo. Y la WTA está trabajando mucho para seguir desarrollándolo. Esta siempre será una conversación con opiniones divididas, y algunas en el medio. Como jugadora, simplemente siento que si jugamos la misma cantidad de tenis, en las mismas condiciones y en los mismos lugares, las cosas deberían estar más equilibradas.
— Cada vez más torneos están juntando los cuadros masculino y femenino, ya sea durante la misma semana o con solo una de diferencia. Queen’s volvió a ese formato este año…
— Exactamente. Cincinnati, Madrid, Roma… estamos en el mismo lugar. Misma cancha, mismo calendario, todo igual. Entonces, ¿por qué debe ser diferente? Así es como lo veo yo. Pero, nuevamente, es una conversación que sigue abierta. Las mujeres en el circuito están haciendo un gran trabajo, mostrando de lo que somos capaces y ayudando a que el deporte crezca. Están ocurriendo cosas increíbles en el tenis y en el deporte femenino en general — y esto solo puede ir hacia arriba.
— ¿Está a favor de una fusión entre la WTA y la ATP?
— Sin duda. Sería increíble. Jugué siete años en la World TeamTennis, y tener hombres y mujeres en el mismo equipo siempre fue muy divertido. Un circuito conjunto sería genial — alinear los calendarios y dar más consistencia a todo realmente ayudaría.
— Ahora las tenistas pueden contar con el nuevo programa de maternidad: hasta 12 meses de licencia pagada y acceso a fondos para tratamientos de fertilidad. Un gran paso en el deporte femenino.
— Sí, me parece increíble. Yo pensaba: “¿Dónde estaba esto cuando estuve embarazada?” (ríe). Da una verdadera tranquilidad. Estamos en una situación particular como contratistas independientes: ganamos dinero cuando estamos en la cancha. Saber que vas a tener ingresos durante un periodo en el que no puedes competir es enorme. Le da a las mujeres la posibilidad de planificar su futuro. En el deporte femenino muchas veces tienes que elegir: ser madre o ser atleta. Ahora estamos en un momento donde esa narrativa está cambiando. Lo que está haciendo la WTA es fenomenal. Ahora hay un plan de respaldo: congelación de óvulos, exámenes hormonales, todo. Incluso saber si tu cuerpo está listo o no mientras sigues compitiendo. Tener esas herramientas médicas disponibles es increíble. Poder tomar decisiones con información es algo muy poderoso.
— El dinero para este programa proviene del fondo soberano de Arabia Saudita (PIF, Public Investment Fund). Para algunos, eso es una forma de sportswashing. ¿Lo ve como una señal positiva que un país como Arabia Saudita apoye un fondo de maternidad en el tenis femenino, o le parece contradictorio considerando la realidad que muchas mujeres aún viven allí?
— Esa es una idea equivocada. Yo estuve en Riad, y fue una de las mejores experiencias que he tenido. El torneo de fin de año fue increíble, uno de los mejores que he jugado. De verdad espero que la gente deje de pensar que las mujeres son maltratadas allá, porque no lo son. Estuve casi seis semanas seguidas en Medio Oriente. No viví ni presencié nada negativo, ni una sola vez. La narrativa que hay, los medios de propaganda sobre cómo se trata a las mujeres… no tiene nada que ver con lo que yo vi. Creo que su inversión demuestra que valoran a las mujeres. Para mí, es un paso progresivo. Entiendo que cuesta comprenderlo porque no es nuestra cultura, pero por lo que yo vi, las mujeres eran genuinamente valoradas y respetadas en esa comunidad. Es simplemente una forma distinta de vivir — no peor, no equivocada, solo diferente. Y si podemos recibir financiamiento de lugares que nos ayuden a seguir avanzando, creo que es algo positivo.
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