
Seamos serios (y dejemos a Fernando González en paz) – Carta de CLAY
«You can not be serious!», gritaba John McEnroe en la cancha 1 de Wimbledon 1981 al juez de silla Edward James. Tenía razón McEnroe, su saque había aterrizado limpiamente sobre la línea, pero su ataque de ira, la cantidad de