Buscar
Suscríbete
Suscríbete
Buscar

“Del Potro siempre estaba muy pendiente de las críticas; su aporte fue increíblemente valioso – entrevista con Daniel Orsanic

Juan Martín Del Potro y Daniel Orsanic copa davis
Juan Martín Del Potro and Daniel Orsanic, 2016 Davis Cup champions.
Share on:
Facebook
Twitter
LinkedIn

Copa Davis 2016. Semifinales entre Gran Bretaña y Argentina. Juan Martín del Potro venía de conseguir, quizás, el triunfo más importante en la historia de su país después de vencer a Andy Murray en el partido inaugural. Pero el argentino no podía dejar de fijarse en los comentarios negativos en su contra.

“El domingo cuando no jugó, me dijo: ‘Hay un montón de gente que me está criticando’. Yo le respondí: ‘Multiplicá por veinte a los que te agradece y admiran lo que hiciste, porque el viernes ganaste un partido histórico'”, reveló Daniel Orsanic a CLAY, en una entrevista también publicada por RG Media.

“Juan Martín estaba siempre muy pendiente de esas críticas”, dijo el capitán que guio a Argentina al único título de su historia.

Orsanic recuerda esa serie en Escocia como una muy especial: “No podía creer lo que estaba viendo. Lo de Murray y Del Potro fue un partido de ajedrez, una precisión táctica impresionante. Pocas veces vi un partido de tenis tan bueno. Sabíamos que el domingo Juan Martín no iba a poder jugar: estaba destruido físicamente. Más allá de que después coronamos contra Croacia, ganar en su casa al campeón defensor que tenía al número uno del mundo en singles y en dobles, fue impresionante”.

El entrenador, hoy comentarista de ESPN, desclasificó la promesa que le hizo al ex número 3 del mundo y rememoró el detrás de escena de la visita inesperada de Diego Maradona en la final jugada en Zagreb: “La presencia de Diego te eleva el perfil automáticamente, te llena de energía y adrenalina; el equipo necesitaba otra cosa”.

Entrevista con Daniel Orsanic

La campaña de Copa Davis de 2016 fue histórica. El primer título para Argentina después de varias finales perdidas. ¿Qué fue lo más complicado?

– Por supuesto, ganar los partidos fue lo más complicado. Los jugadores en cancha hicieron un trabajo excepcional: la mayoría tuvo un rendimiento altísimo y ganaron partidos que, en teoría, no deberían haber ganado. Eso se debió al clima que se generó dentro del equipo. Pero probablemente lo más difícil fue desdramatizar puertas afuera lo que significa el resultado. Se hizo un gran trabajo simplificando situaciones, simplificando el mensaje hacia los jugadores y también hacia afuera. La sociedad está muy acostumbrada al resultado: si ganás está bien, si perdés está mal. Yo no estoy de acuerdo. Siempre he defendido la idea, el proceso, lo que uno puede controlar. El resultado en el alto rendimiento es fundamental, pero no es lo que uno controla. A mí me gusta trabajar sobre lo que puedo controlar: que los jugadores lleguen bien, con ilusión, y que el mensaje sea simple y claro. Eso fue lo más complicado, y también lo más lindo.

Daniel Orsanic
Daniel Orsanic posa para CLAY en Roland Garros 2025, con el Court Suzanne Lenglen de fondo / SEBASTIÁN VARELA

¿Hubo algo en particular que, diez años después, mire atrás y piense “por suerte sucedió”?

– Si hubiésemos perdido en la primera ronda de 2015 contra Brasil, mi primera serie como capitán, pensaría exactamente lo mismo que lo que pienso hoy habiendo ganado la Copa Davis. Pero claro, vos no me estarías haciendo esta nota (risas). No habría tenido la oportunidad, el privilegio, de comunicar mis ideas. Uno dice “menos mal que ganamos tal partido”, “menos mal que (Federico) Delbonis definió esa serie”, o “que (Juan Martín) Del Potro se sumó al equipo”. Hay muchos factores. (Guido) Pella, (Leonardo) Mayer, todos tuvieron victorias increíbles. Pero en cuanto a mi forma de pensar, nada cambió: ni antes de ser capitán, ni después de ganar, ni después de dejar el cargo.

– ¿Cómo logró convencer a Del Potro para que se sumara al equipo?

– Yo no lo convencí a Del Potro. En la primera reunión que tuvimos, me dijo que hacía mucho que no representaba a Argentina y que tenía ganas de hacerlo. Ese día le prometí que lo iba a proteger: jugara o no, ganara o perdiera, jugase bien o mal.

– ¿En qué sentido proteger?

– Proteger, sobre todo, puertas afuera. En otras oportunidades, algunos capitanes se deslindaban de la responsabilidad de que él no estuviera en el equipo. Decían “yo quiero que juegue, él no quiere jugar”. Eso lo expuso a Juan Martín muchísimo frente a la prensa. Jamás iba a hacer algo así, ni con él ni con ningún jugador. Creo que una función fundamental del capitán es proteger a los suyos. Eso fue lo que le dije desde el primer día. Después, claro, una cosa es decirlo y otra demostrarlo. A veces te creen, a veces no. Tuve la suerte de tener tiempo para demostrarlo, no solo con Juan Martín sino con otros jugadores que tampoco coincidían con algunas decisiones.

+Clay  Nicolás Jarry, el récord del abuelo y la emoción de ganar tras "un año de batallas"
Del Potro Orsanic
Juan Martín Del Potro y Daniel Orsanic en la ceremonia de premiación de la Copa Davis 2016

– ¿Y eso lo hizo sentirse tratado de otra manera?

– Él quería representar a Argentina. Cada vez que lo hizo, fue de manera increíble. Sus mejores resultados, salvo el US Open, fueron representando al país. Lo disfrutaba, lo vivía con intensidad y sacaba su mejor versión. Yo nunca lo convoqué a Del Potro. Cuando Del Potro estaba bien para jugar, te avisaba. Era indiscutible en cualquier equipo. Nunca me costó, no es que yo le insistí, nunca le pregunté. Cuando él estaba listo para jugar, me lo comunicó.

¿Tuvo que ayudarlo en lo mental después de lo que pasó en Mar del Plata en 2008, cuando Argentina perdió contra España y no había un buen ambiente en el equipo?

– Sí, fue una experiencia muy traumática para él. Era muy joven y su familia salió a defenderlo, como haría cualquier padre o madre viendo a su hijo expuesto a tan temprana edad frente a la prensa y sus compañeros. Esa promesa que le hice el primer día abarcaba todo eso. Pero claro, él podía creerme o no. Los hechos me permitieron ganarme su confianza, y así fue.

¿Sentía usted mucha presión por el hecho de estar liderando al equipo de Copa Davis de Argentina después de tantos fracasos históricos?

– No sentía la responsabilidad de ganarla. Sentía la responsabilidad de generar armonía en un grupo para que se convirtiera en equipo. Esa sí era una presión. Pero como había tanto por hacer, te olvidabas de ella. Nunca tuve una noche en la que me acostara intranquilo. Cada noche llegaba a la cama muerto de cansancio por todo lo que habíamos trabajado.

Daniel Orsanic
Federico Delbonis, Guido Pella, Daniel Orsanic, Leonardo Mayer y Juan Martín del Potro, campeones con Argentina de la Copa Davis 2016

¿Qué pensó cuando supo que Diego Maradona iba a llegar a verlos a Zagreb para la final de la Copa Davis en 2016?

– Le pedí a Vivi, la coordinadora del equipo, que avisara a su representante que estábamos en otro hotel. Llegaba el jueves y nosotros empezábamos el viernes. A los veinte minutos viene Vivi y me dice: “Ya tiene reserva acá”. Yo le dije “decile que lo queremos ver el viernes después de los partidos”. Ese fue mi pedido.

¿Por qué?

– Porque yo estuve con Maradona en la final de 2006 en Rusia, cuando Argentina jugó de visitante. Yo entrenaba a uno de los jugadores, y me tocó estar en la arenga previa en el vestuario, y fue impresionante. Saltábamos, gritábamos. Todos nos emocionamos y se nos llenaban los ojos de lágrimas de la adrenalina que había. Pero cada grupo es distinto. Sentía que el equipo de 2016 necesitaba otra cosa, no hablar de resultados, mantener un perfil bajo. La presencia de Diego te eleva el perfil automáticamente, te llena de energía y adrenalina. Fue el hincha número uno de todos los deportes argentinos, y el tenis no era la excepción.

Y Maradona respetó su petición…

– Sí. El viernes, después de los partidos, se acercó a la sala de masajes y tomó mate con los jugadores. Fue muy respetuoso. Yo no lo vi ese día, pero el sábado a la noche fuimos varios a su habitación. Pasamos 45 minutos maravillosos. Hablamos cinco minutos de tenis y cuarenta minutos vimos todo un programa del Napoli mientras él contaba su historia. El ‘Yaca’ Mayer le regaló una raqueta, estaba con un pijama entero de peluche… te daban ganas de abrazarlo y no soltarlo más. Fue un gran apoyo. Lo más destacable fue lo respetuoso que fue: no entró al vestuario cuando no debía, esperó el momento justo. Yo siempre lo agradecí.

Maradona Copa Davis
Parte del equipo argentino de Copa Davis junto a Diego Maradona en Zagreb, durante la serie final contra Croacia en 2016.

¿Volvería a ser capitán?

– No es algo que tenga en mente. Solo lo pienso cuando me lo preguntan. No lo anhelo. Estoy contento con lo que me toca hacer a cada momento. De hecho nunca soñé con ser capitán, ni con ser entrenador. Ni siquiera decidí intentar ser jugador hasta terminar la secundaria. Cuando dejé la Copa Davis y la Asociación Argentina de Tenis, le dije a mi señora que no me molestaría ponerme un traje y trabajar en una empresa. A los pocos meses me invitaron a transmitir la final del torneo de Queen’s, y desde 2018 estoy comentando tenis, con saco y camisa puesta.

– ¿Cree que los choques de orgullo e intereses personales fueron los grandes culpables de tantos fracasos coperos en Argentina hasta 2016?

– No creo que haya sido el motivo por el cual no se ganó antes. Hay que estar ahí adentro para saber cómo lidiar con cada situación. Fui entrenador de jugadores del equipo y vi muchas cosas. Hubo una época brillante en lo deportivo en el tenis argentino, pero que no fue acompañada por la parte humana. Yo defiendo que ambas cosas deben ir de la mano. No me sirve un jugador buen tipo que no compite, ni un fenómeno que es un irrespetuoso. El jugador tiene que crecer en todo sentido. No solo pegarle más fuerte o ganar más, sino entender lo que demanda la prensa, el público, el rival. Para mí, eso es tan importante como ganar.

+Clay  Tsitsipas y la belleza que duele: "Creo que me golpeó el karma"

– Había un déficit en ese aspecto.

– Claramente. Por eso nos enfocamos en tratar bien a la prensa, atender a todos, ser correctos. Fueron muchos detalles que alinearon una idea y dejaron bien parada a la delegación. Le dimos a la prensa el lugar que merecía y conectamos con la gente, no solo por ganar series, sino por ser un equipo educado y correcto.

– ¿Recuerda algún ejemplo?

– Te doy dos: en Bélgica, en 2015, después de perder la semifinal, se me llenaron los ojos de lágrimas. Pero la organización vino a felicitarnos: nos dicen que hacía veinte años no tenían una delegación tan respetuosa y tan amable como nosotros. Por un lado tenía una bronca deportiva, y por otro estaba orgulloso. En Gran Bretaña, lo mismo: viene nuestra traductora y nos dice que la organización estaba gratamente sorprendida porque en ese estadio había jugado Australia, Estados Unidos, y nosotros éramos una delegación mucho más grata. Eso es lo que más satisfacción me da. Después quiero salir a la cancha y ganar todos los partidos, obvio, pero dejar bien parado a Argentina, es gratificante.

Quiero llevarlo a Escocia, a esa semifinal contra Gran Bretaña en 2016, que tenía a Andy Murray en su prime. Ese partido entre Murray y Del Potro tiene que ser uno de los más importantes en la historia del tenis de su país. ¿Qué recuerda?

– Yo no podía creer lo que estaba viendo. Lo de Murray y Del Potro fue un partido de ajedrez, una precisión táctica impresionante. Pocas veces vi un partido de tenis tan bueno. Pudimos jugar con el ranking: queríamos que Del Potro enfrentara a Murray el primer día; si no, no había chance en cuanto a la energía. Fue histórico. Después Guido Pella le ganó a (Kyle) Edmund y nos pusimos 2-0 arriba. Pero sabíamos que el domingo Juan Martín no iba a poder jugar: estaba destruido físicamente. Así que jugamos nuestras cartas: lo pusimos en el doble con Mayer para aprovechar el envión de estar 2-0. Estuvieron set iguales y casi un break arriba, pero no alcanzó. Tuvimos a Leo muy sólido para cerrar la llave contra Daniel Evans. Más allá de que después coronamos contra Croacia, ganarle al campeón defensor que tenía al número uno del mundo en singles y en dobles, y además en su casa, fue impresionante.

– ¿Y qué significó para Del Potro?

– El domingo cuando no jugó, me dijo: “Hay un montón de gente que me está criticando”. Y yo le respondí: “Multiplicá por veinte la cantidad de gente que te agradece y admira lo que hiciste, porque lo que hiciste el viernes contra Andy fue histórico”. Él estaba siempre muy pendiente de esas críticas. Su aporte fue increíblemente valioso.

Para cerrar, ¿cómo analiza a los tres mejores tenistas argentinos de la actualidad? Empiezo por Francisco Cerúndolo.

– Cerúndolo está en un gran momento, tuvo su mejor temporada, aunque creo que le costó manejar la expectativa. No pudo sostener su mejor nivel en los Grand Slams, pero si logra ser más regular, sin dudas que se acercará al top ten. Sebastián Báez tuvo un año irregular, aunque aprovechó muy bien la gira sudamericana, ganó en Río y fue finalista en Santiago. Eso le dio una buena base porque son muchos puntos. Es verdad que ha tenido rachas negativas, pero son jugadores que sabés que siempre dejan todo y cuanta más confianza tengan, mejores resultados van a conseguir. A Báez lo veo un poco amesetado. Y (Tomás) Etcheverry no tuvo un buen año: lo veo más errático que de costumbre. Ojalá lo revierta. Pero bueno, hay que estar adentro del equipo de trabajo para entender realmente qué pasa.

Si les gustó esta entrevista con Daniel Orsanic, puede leer muchas más conversaciones con las grandes estrellas del circuito en este enlace a nuestro sitio.

[ CLAY se lee de forma gratuita. Pero si puedes, por favor haznos un aporte aquí para poder seguir contándote las grandes #HistoriasDeTenis por el mundo. Es muy fácil y rápido. ¡Gracias! ]​

Etiquetas:

Leave A Comment

Las mejores historias en tu inbox

© 2024 Copyrights by Clay Tennis. All Rights Reserved.