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Nadal, heroico y preocupado: está ya en las semifinales de Wimbledon, pero una lesión lo complica

LONDRES – Rafael Nadal está abonado al tenis heroico. Y a las preocupaciones por sus recurrentes lesiones. En un partido que por pura lógica debió perder, el español se impuso este miércoles 3-6, 7-5, 3-6, 7-5 y 7-6 (10-4) al estadounidense Taylor Fritz para avanzar en cuatro horas y 21 minutos a las semifinales de Wimbledon, donde el viernes lo espera el australiano Nick Kyrgios.
Lo esperará, pero quizás Nadal no aparezca.
«Estamos en una semifinal de Grand Slam con un problema», dijo el español afectado por una distensión abdominal. Este jueves se hará controles médicos para definir si el viernes se mide a Kyrgios.
«He estado buscando una manera de sacar en la que interviniera menos el abdominal. Me daba un latigazo ahí abajo y para los dos siguientes golpes estoy con problemas», explicó el ex número uno del mundo, que el mes pasado ganó su décimo cuarto Roland Garros jugando con un pie lesionado y anestesiado. 
Pero antes de la incertidumbre que se abre para el viernes hubo un partido de grandes emociones.
En una húmeda tarde de viento fresco y nubes grises en Londres, Nadal ofreció tenis y drama. Y en la primera fila del palco de honor, el australiano Rod Laver, que a los 83 años sigue de testigo de los fallidos intentos de lograr lo que el logró dos veces, la última de ellas en 1969: ganar el Grand Slam, enhebrar los cuatro grandes torneos del tenis en una misma temporada.
Laver tenia 30 años entonces. Nadal, que sigue en carrera y buscaría la hazaña en el US Open, tiene 36. El viernes, cuando en un choque de altísimo voltaje se mida a Kyrgios, vencedor este miércoles del chileno Cristian Garín, estará buscando su tercera final de Grand Slam en 2022.
¿Cómo lo lograste?, le preguntó el entrevistador. «No lo sé», admitió el español. «En muchos momentos pensé que no podría terminar el partido. Pero no sé, la pista, la energía me ayudaron a terminarlo y ganar (…). Espero estar en condiciones de jugarlo, Nick es un gran jugador y tendré que estar al cien por ciento de mi juego».
¿Tenis y drama? Sí. Tenis, porque Nadal se adelantó 3-1 y parecía que se llevaría el set, que terminó perdiendo 6-3. Drama, porque a la pérdida de ese set le siguió el llamado al fisioterapeuta para que lo atendiera de una molestia abdominal.
El español llevaba varios juegos sacando y pegando sus otros golpes con menos energía y precisión de la habitual. El promedio de velocidad del primer saque, habitualmente por encima de los 190 kilómetros por hora, había bajado a 167.
Pero como tantas veces sucedió en la carrera del 14 veces campeón de Roland Garros, a un problema físico le siguió una victoria parcial: apeló al slice y a sorpresivas subidas a la red para hacerse dueño del juego y llevarse el segundo set por 7-5 con un punto propio de alguien nacido en el césped.
En la final de Indian Wells, en marzo de este año, Fritz ya había debido enfrentarse a un Nadal disminuido físicamente. Aquella vez fue una fisura en las costillas que lo tuvo un mes y medio fuera de juego, esta vez era el abdominal. El estadounidense, derrotado con claridad por Nadal en la final de Acapulco en febrero, lució por momentos desconcertado, pero en el tercer set logró tomar el control para llevárselo por 6-3.
Dos horas y nueve minutos de juego y resultaba difícil entender a Nadal. Si con el pie izquierdo anestesiado logró ganar Roland Garros, ¿un problema abdominal podría frenarlo en Wimbledon?
Si con la fisura en la costilla sucumbió ante Fritz en aquella final de Indian Wells, ¿era razonable pensar que con un problema abdominal Nadal sería capaz de escribir una historia distinta en Wimbledon?
El español pareció gritar «no» al quebrar el servicio de Fritz para adelantarse 1-0 en el cuarto set, pero con dobles faltas y dudas entregó su servicio a continuación. El partido no era bueno, y las perspectivas de Nadal, tampoco.
Pero Nadal volvería a quebrar el servicio de su oponente y luego defendería el suyo con cuatro drop-shots ganadores. El 4-2 para el español se transformó sin embargo en 4-5, que debía defender su servicio para mantener sus posibilidades de ganar en un quinto set y avanzar a semifinales.
Nadal, campeón de Wimbledon en 2008 y 2010, alternó potentes derechas con top spin con delicados reveses con slice que o llevaron a la red para mantener su posición. Quebró el servicio de Fritz una vez más, se adelantó 6-5 y, con una potente derecha paralela al ángulo, se llevó el cuarto set por 7-5.
Tres horas y ocho minutos de juego y todo se definiría en un quinto parcial. Nadal se retira añ vestuario y volvió trotando al escenario donde jugó y ganó el partido más importante de su carrera: la final de Wimbledon 2008 sobre Roger Federer, que se jugó un 6 de julio de 2008.
«En 2008 me resultaba difícil imaginar que en 2022 estaría aquí», admitió Nadal para cosechar las risas y los aplausos de todo el estadio.
Hoy, también 6 de julio y ya sin sol sobre el rectángulo de césped, el aire iba tomando una tonalidad verdosa, ese momento de la tarde en Wimbledon que es único, porque ningún otro torneo puede generar esa sensación. Los pocos asientos que estaban libres se habían ocupado, nadie que pudiera ingresar al estadio de tenis más famoso de la historia quería perderse la que se perfilaba como una nueva hazaña de Nadal.
Y tenía logica que creyeran en ella: el español se había olvidado de todos sus dolores -¿cuántas veces sucedió eso, cuántas más volverá a suceder?- y mandaba desde el fondo de la cancha con poderosas derechas con top spin que abrían a derecha e izquierda a Fritz. El público, enamorado del zurdo, levitaba de emoción. Fritz, como antes otros rivales de Nadal, jugaba de visitante.
Nadal quebró el servicio rival para adelantarse 4-3, pero un drop mal lanzado y una tos que perturbó su servicio llevaron a que perdiera el suyo: 4-4, la emoción era máxima. El partido, otra vez pura lógica, debía resolverse en un súper tie break en el set final.
Un tie break que Nadal jugó con toda la sabiduría que más de dos décadas de tenista profesional le dan, casi los mismos años que lleva de vida Fritz. No le dio tregua al estadounidense y se llevó el desempate por 10-4, el pase a las semifinales y el gesto de aprobación de un Laver que piensa que quizás sí, que quizás es cierto eso de que nada es para siempre.
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Ex jefe de Deportes de DPA y de La Nación, ex presidente de la International Tennis Writers Association (ITWA). Autor de "Sin Red", un viaje por el mundo siguiendo a Roger Federer y Rafael Nadal, y de "Enredados", sobre el equipo argentino de Copa Davis. Cubrió más de 60 Grand Slams y entrevistó a los principales protagonistas de la escena del tenis en los últimos 30 años.

Comentarios (1)

  • Margarita Isse

    No hay palabras para hablar sobre el.

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